Faltan tres meses para que termine el año y Costa Rica ya registró 648 homicidios, a solo 13 crímenes más para alcanzar el cierre de 2022, que fue de 661 asesinatos, de acuerdo con los datos del Organismo de Investigación Judicial (OIJ).
El país experimenta un alza de 194 delitos más, del 1° enero al 20 de septiembre de este año, respecto al mismo período de 2022, que alcanzó las 454 víctimas mortales.
Las estadísticas policiales indican que la capital, San José, está en el rango rojo, con 160 homicidios; al igual que Limón, con 156 crímenes.
En anaranjado está Puntarenas, con 102 asesinatos. Aunque el rango baja para el resto del país, las cifras muestran que la criminalidad y violencia en Costa Rica está en todas partes. En Alajuela hubo 71 homicidios, en Guanacaste, 67; en Cartago, 49; y en Heredia, 36.
El viceministro de Seguridad, Manuel Jiménez Steller, señaló el martes durante una conferencia un cambio de estrategia de seguridad para el personal de la Policía de Control de Drogas (PCD) de los puestos fronterizos, muelles y aeropuertos, a otras zonas a escala nacional para reducir los homicidios.
Las autoridades fueron obligadas a declarar sobre la ausencia de agentes en los sectores fronterizos que fueron denunciadas por sindicatos. Steller explicó que una de sus investigaciones señaló que existe una «alta incidencia en los homicidios por la disputa por puntos de venta de droga».
El estudio reveló que el tráfico local o ventas de «narcomenudeo» en barrios y cantones está generando enfrentamientos entre las bandas y, por ende, un saldo mayor de muertes.
«La otra línea de investigación está relacionada con las rutas de tráfico internacional de la droga, que ha implicado las labores de inteligencia para lograr establecer las estructuras y dónde están ubicadas. Hemos hecho un plan de trabajo con la Policía de Control de Drogas para atacar directamente estas dos» puntos, reiteró Steller.
Según el ministro de Seguridad Pública, Mario Zamora, con este nuevo modelo se da potestad a la PCD para desarticular a los grupos delincuenciales sin descuidar las fronteras.
Durante una entrevista a la agencia de noticias «El Observador», el ministro hizo énfasis en la falta de oficiales. «La sociedad ha crecido. Tenemos una criminalidad más violenta, más organizada, más transnacionalizada y, sin embargo, la policía lamentablemente sigue siendo la misma e, incluso, con menos recursos de los que había en otras épocas», dijo.