El Banco Central de Reserva (BCR) confirmó la percepción popular revelada en todas las encuestas y los sondeos de opinión de que el país va por un buen camino. Anunció los resultados económicos de 2022, los cuales revelan que hubo un crecimiento económico de 2.6 %, es decir, superior al 2.4 % calculado por el Fondo Monetario Internacional (FMI), lo cual ratifica la recuperación de la economía nacional después de la emergencia sanitaria por la COVID-19.
Además, ese resultado es un crecimiento económico superior al promedio histórico por segundo año consecutivo. En otras palabras, durante el Gobierno del presidente Nayib Bukele ha habido un impulso económico como nunca se había registrado en el país.
No se trata de un logro cualquiera. El Gobierno de El Salvador también ha tenido que enfrentarse a otros factores que han afectado la economía global, como el conflicto geopolítico en Europa desencadenado por la guerra en Ucrania, la escasez de contenedores y la suspensión temporal de la cadena de suministros, así como una inflación a escala internacional que ha golpeado fuertemente a las naciones más desarrolladas.
A estos fenómenos desatados por la coyuntura pospandemia hay que agregar las recientes subidas de las tasas de interés por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos, que han obligado a aumentos similares en bancos centrales europeos y del resto del mundo, han impactado en los negocios y particulares, que han visto encarecer sus operaciones financieras.
El excelente desempeño de la economía salvadoreña, gracias a las medidas implementadas por el Gobierno del presidente Bukele, ha permitido que tengamos la tasa de inflación más baja de Centroamérica y la tercera más baja de Latinoamérica. Además, con ese plan antiinflación se logró evitar la llegada de la recesión al país.
Todo esto ha sido el fruto del trabajo integral del Gobierno no solo en materia económica, que ha logrado dinamizar al sector, sino también apuntalada por la drástica mejora en la seguridad nacional. Tras un año de vigencia del régimen de excepción, más de 66,000 pandilleros y colaboradores de esas estructuras se encuentran en prisión.
Esta nueva realidad nacional ha convertido a El Salvador en un imán para atraer a turistas, que buscan disfrutar en seguridad las maravillas naturales y la riqueza histórica. Y como en este rubro, el crecimiento se repite en casi todas las áreas económicas.
Los salvadoreños confían en el rumbo actual que lleva el país y no dudan en mostrar su respaldo al Gobierno del presidente Bukele, del que esperan que siga al frente de la nación por varios años más.