Los primeros días del nuevo año 2022 han iniciado. Será una semana de análisis, reflexiones, balances, y sin duda, la seguridad pública y ciudadana no escapan de la agenda de medios, periodistas, analistas y expertos, unos a favor, otros en contra; por cierto, la mayoría de los que están en contra sin evidencia, sin datos o ignorándolos, fundamentando opinión en aspectos político-partidarios, electoreros, otros toman datos de fuentes desactualizadas o, peor, que presentan datos falsos.
Con 31 meses del Gobierno del presidente Nayib Bukele ya no aparece como la principal demanda o problema para los ciudadanos, debido a que la actuación del presidente y del Gabinete de Seguridad ha sido pragmática, ejecutora, y con resultados que están respaldados por estadísticas oficiales de la FGR, PNC y el IML, además de una excelente campaña estratégica de comunicación centralizada y estratégica que ha permitido visibilizar el trabajo del Gabinete de Seguridad Ampliado. El año inicia con demandas de empleo, economía, canasta básica, apoyos a programas de las pymes, educación.
Por lo anterior, es mi respetuosa sugerencia y propuesta que se consideren de manera muy especial las siguientes modalidades delictivas para desarrollar los planes y las estrategias institucionales que fortalezcan la estrategia Plan Control Territorial, que son las que afectan principalmente a los ciudadanos:
Homicidios: Se registra una tercera disminución considerable consecutiva anual, y con una clara tendencia a la baja como país, además de un quiebre en la estadística diaria y de tasa a partir de junio de 2019. Una meta razonable y alcanzable por el Gabinete de Seguridad que se puede lograr para este año sería finalizar por debajo de 3.0 homicidios diarios. El año pasado cerró con más capturados por este delito que homicidios. Se rompió la impunidad.
Denuncias diarias de personas desaparecidas: Se registra una baja en las estadísticas de denuncias en relación con la década anterior, y con 2020, no hay ninguna duda. Cuando lea o escuche lo contrario, le están mintiendo, pero no es suficiente. Es vital apoyar a la FGR, PNC y al IML para que fortalezcan sus unidades especializadas, dotarlos de tecnología de punta, atención integral a las víctimas y resolver la impunidad de esta tipología criminal. El Ministerio de Justicia y Seguridad está enfocado en los casos de denuncias delictivas, pero es importante que las familias hagan su parte para mejorar la comunicación y estar más pendientes de sus hijos.
Extorsiones: Se han convertido en el negocio del presente siglo para los criminales. Hay una percepción de que es el delito más fácil de cometer en El Salvador. Se requiere, insisto y propongo una vez más, una «cruzada nacional antiextorsión» con el apoyo de todo el Estado. Es posible frenar y disminuir la extorsión en 2022.
Expresiones de violencia contra la mujer y feminicidio: Se mantuvo el promedio de asesinatos de mujeres, en un gran esfuerzo de la PNC en prevención y capturas, pero la violencia feminicida continúa presente en nuestra sociedad, es estructural. El machismo sigue causando daño a la familia.
Hurto y robo: Afecta a los ciudadanos, golpea la economía de las familias y genera
un nivel de percepción que no avanzamos. En 2021 la PNC logró cambios operativos y planes en beneficio de la población que deberán profundizarse, y disminuyó el número de denuncias y aumentó el número de capturas.
Amenazas y lesiones: El reflejo de una sociedad violenta e intolerante, que privilegia la violencia como método de resolución de conflictos o diferencias. Los mayores delitos cometidos en 2021. No somos ni tenemos un país seguro todavía, existen niveles de violencia y crimen altos. El crimen organizado y las pandillas existen, son una realidad y siguen haciendo mucho daño a las familias salvadoreñas, pero no puedo negar avances, logros y resultados importantes e históricos del Gabinete de Seguridad, que cierra 2021 con los mejores registros documentados.