Don Eduardo trabaja en el campo, su lote se encuentra en la zona costera y, este año, me sorprendió con un saco en el que me traía parte de su cosecha, pero, además, con una pregunta: doctora, si me van a hacer una diálisis, ¿por qué dicen que debo visitar al odontólogo?
En cinco años de no vernos han sucedido muchas cosas y que a don Eduardo se le haya desarrollado insuficiencia renal crónica es una de ellas.
La frecuencia de esta enfermedad en El Salvador es alarmante y muchos profesionales hacen esfuerzos para prevenirla, especialmente educando al paciente que padece de diabetes y/o hipertensión, las cuales son enfermedades que pueden desencadenar la enfermedad renal.
En el país tenemos un número importante de personas que son dializadas diariamente por insuficiencia renal crónica, muchas de ellas son sabiamente enviadas por su médico a una consulta o chequeo con el odontólogo antes de iniciar su tratamiento con diálisis.
En el caso de don Eduardo es indispensable reducir al máximo la presencia de focos infecciosos en la boca, ya que pueden ser una complicación durante su tratamiento.
Los síntomas de los pacientes con esta enfermedad pueden ser sabor desagradable o incluso repugnante en la boca por el aumento de la urea; sequedad, como consecuencia de la cantidad de medicamentos; mucosa bucal pálida, inflamación y sangrado de las encías, ardor en la mucosa bucal, crecimiento de las encías y desgaste de los dientes por la acidez que el paciente mantiene en la boca. En algunos pacientes puede crecer el hueso y deformar áreas de la cara, también suele haber caries y formación de sarro.
La etapa de la enfermedad y el tipo de medicación que se usa podría modificar el tratamiento odontológico, por lo que el médico debe estar en constante comunicación para planificar las intervenciones odontológicas y no causar un problema de cicatrización o sobreinfección. Se indican, por ejemplo, el uso de enjuagues sin alcohol y saliva artificial en pacientes que no han recibido trasplante, para paliar los efectos de la resequedad bucal.
Cuando hay alteraciones en el hueso y esto no permite funciones básicas, el procedimiento quirúrgico se planifica por lo menos ocho horas después de finalizada la diálisis; la mejor opción es hacer el tratamiento al día siguiente.
Al iniciar la terapia renal —cualquiera que sea— es necesario comenzar con una limpieza de las encías y los dientes y eliminar el sarro que retiene las bacterias; se deben extraer los restos de las piezas fracturadas que ya no tienen opción de tratamiento; es vital hacer los procedimientos de endodoncia o rellenos en las piezas afectadas y colocar, si es posible, restauraciones protésicas que sean de fácil higienización, para que no retengan residuos de comida o bacterias que posteriormente necesiten intervención.
Los pacientes con enfermedad renal crónica demandan atenciones concretas previas al tratamiento odontológico, especialmente en relación con el sangrado, riesgo de infección y medicación. De acuerdo con la condición clínica del paciente, debe establecerse un programa de mantenimiento bucal al menos cada tres meses. Si alguien de tu familia padece de esta enfermedad, la visita al odontólogo le puede ayudar grandemente si se hace de forma preventiva.