Exactamente como se hace con el oro y el petróleo, los ávidos negociadores del capitalismo consiguieron hace poco que el agua, algo necesario e indispensable para la vida, formara parte de los bienes y productos que se cotizan en la bolsa de valores.
Este lamentable acontecimiento marca un antes y un después en lo que concierne a la existencia, posesión y conservación de este vital líquido, sometiéndolo a una especulación continua; además de que en un futuro quede en manos de los más poderosos y económicamente capaces, en detrimento, desde luego, de los que tienen menos.
La ONU, por su parte, hizo una seria advertencia sobre los riesgos que podría correr la humanidad entera con estas acciones, que solo buscan beneficiar a unos pocos y perjudicar a las mayorías.
Ojalá que esta noticia no llegue a oídos de los miembros del partido ARENA, o de los nuevos empresarios del FMLN, quienes han resultado ser muy buenos especuladores, porque les va a sonar a música, pensando que esta es la gran oportunidad de sus vidas para volverse más ricos; y continuarían, con el poco poder que les queda, oponiéndose de forma mezquina a la urgente ley del agua; que, por cierto, ya tiene años durmiendo plácidamente en las gavetas de la Asamblea.