Ecuador y Guatemala cumplieron ayer eventos democráticos en medio de violencia y amenazas. Sucedieron situaciones lamentables, sin que figura oficial alguna pudiera controlar. La inseguridad secuestró a sus ciudadanos.
Las votaciones para elegir a un nuevo presidente se realizaron en un entorno de total zozobra, principalmente, como consecuencia de situaciones políticas detestables similares a las que vivimos por décadas en nuestro país, en las que imperó el juego de tronos para controlar el poder sin que a los protagonistas les importaran los inocentes o los destinos de la nación.
¿Es eso lo que organizaciones internacionales y Gobiernos de países que se inmiscuyen en los asuntos de otros quieren para El Salvador? Es decir, ¿prefieren que los salvadoreños regresen al estado de violencia, luto y dolor? Señores, se necesitan pantalones para poner un punto y aparte a esa situación de criminalidad.
antalones que ustedes no tienen, pues son parásitos del dinero que les dan sus crédulos. No vi pronunciamientos ni comunicados para exigir, en esos países, que se tomaran medidas contundentes en contra del crimen y devolverles la seguridad a sus ciudadanos. Y sé por qué. Porque están bien ocupados luchando para que El Salvador vuelva a la misma situación insegura de esas naciones. Insensatos.
Por cierto, jamás ayudaron a nuestro país para resolver la violencia que generaron ARENA, FMLN, sus ONG fachadas y personajes políticos aliados como Rodolfo Párker. Nuestro país vivió una guerra civil que dejó saldo de más de 75,000 asesinados. Luego vivió décadas de luto, de familias que perdieron a sus seres queridos en manos de las pandillas, mientras ustedes aplaudían y respaldaban la «democracia» de gobiernos tricolores y rojos.
El pueblo tiene claro que la lucha visceral de esas organizaciones nacionales e internacionales, con sus medios de desinformación tradicionales y digitales, es en contra del presidente Nayib Bukele porque logró derrotar a las estructuras criminales aplicando un plan de seguridad certero. También porque está limpiando al país de corruptos y sinvergüenzas y porque está dando ejemplo de cómo se limpia su partido político. Por eso tiene el respaldo de nueve de cada 10 salvadoreños, y eso desquicia a la oposición.
¿Qué hace el nombre de Nayib en boca de ciudadanos de Argentina, Chile, Ecuador, Colombia, Honduras y Guatemala? Es fácil. Ellos han entendido que necesitan a un verdadero líder del pueblo como él lo es, un líder audaz al que no le tiemblen las piernas para tomar decisiones en favor de toda una nación. Nayib es un presidente del pueblo, un ejemplo a seguir.
Y eso es lo que realmente descompone la mente de cabecillas de ONG, de políticos, de religiosos y de «periodistas» que se lucran del caos. Personajes que prefieren defender los derechos humanos de criminales antes que los de una sociedad trabajadora y honesta. Son gente avara y perversa.
Los salvadoreños hemos decidido no regresar a la historia de sangre por más dinero que circule en manos de personas que son capaces de mercadear a su familia, llámense políticos, periodistas, religiosos o defensores de derechos de asesinos.
Gracias a Dios, más del 90 % de los salvadoreños no quiere volver al pasado, ese pasado que ofrecen los partidos políticos de oposición. Más del 90 % le da su total respaldo al presidente Nayib Bukele y aplaude sus medidas, porque sabe que todo es por el bien de esta sufrida nación.
El Salvador vive ahora en total seguridad, lo que era impensable. Sí se puede, siempre y cuando sea el pueblo el que aproveche elecciones populares para empujar a los mercaderes políticos hacia el calvario.
Y es por eso por lo que deseo que mis hermanos de Ecuador y Guatemala logren la paz y la tranquilidad. Y que cuando la encuentren, no presten oídos a esos organismos internacionales, ni a organizaciones y a sus medios de «prensa» que prefieren el dolor y la muerte de sus ciudadanos.
P. D. Deseo que el nuevo destino de Paraguay sea de total éxito para su pueblo con su nuevo presidente. No hay que olvidar que el mejor rédito lo otorgan la preparación y la ejecución efectiva en favor de la nación, y eso da como resultado el total respaldo y aprobación de su gente.