Fue en 1984, en una gira que hicieron juntos con la camisa del FC Barcelona cuando Jorge Magico Gzosnalez, aquel delantero espigado y raudo de la selección salvadoreña en el Mundial de España 1982, se juntó con Diego Maradona, quien ya tenía un nombre agenciado en el balompié español, pero todavía no se había consagrado con el título de Mexico 86, con la selección argentina.
Mágico y Diego ya se conocían antes de esa gira con los catalanes. Los dos se vieron en contra en junio del 82, en juego de fase de grupos entre El Salvador y Argentina. Fue en ese partido en el que «el Pelusa» fue fiel testigo del «fervor» con el que jugaban los zagueros cuscatlecos, en especial Francisco Salvador Osorto, quien siguió al astro gaucho de principio a fin en ese partido. Algún recuerdo le habría dejado al argentino.
Sin ninguna duda, Maradona, quien tenía la camisa 10 ganada en las filas blaugranas, estuvo cómodo de principio a fin a la par de Mágico, camisa 11 en la gira.. Entre ambos se brindaron con la gente de Nueva York, en la casa del Cosmos, que en ese entonces tenía superficie artificial, era una alfombra verde.
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El argentino tenía todos los créditos con la gente de Cataluña, pero Mágico, por su parte, tenía que irlos a buscar, para que lo pudieran considerar en un fichaje futuro. Pero esto último, no era algo que al cuscatleco le quitara el sueño. Más que todo había ido a jugar con Diego, Dieguito, Diegote [así era cómo Mágico se refería a priori a Maradona] para entender el resultado de esa ecuación deportiva.
De inmediato, por matemática, ciencia o lo que sea, hubo click entre ambos. Fue de genio a genio en cancha. En dueto enredaron a la zaga de Fluminense,de Brasil, y otros equipos internacionales, que estaban en la punta del espectro en ese entonces. Luego, fue en esa gira en la que Mágico, tras un pase de Diego,marcó el único tanto con la camisa del Barcelona. Maradona, siempre adelante de los que lo rodeaban en la cancha , le puso la precisa al cuscatleco, quien definió ante la salida del portero rival.
Fue tras esa experiencia junto a Mágico, cuando Diego admitió que el salvadoreño estaba una o dos gradas arriba de él en fútbol. «Si nosotros queríamos hacer lo que el Mágico hacía en la cancha, nos desgarrábamos», dijo Maradona, quien desde este miércoles emprendió el sueño eterno, tras algunas complicaciones de salud.