En su primera reunión por videoconferencia con Joe Biden, los líderes del G7 se comprometieron a volver al multilateralismo, zarandeado bajo el mandato de Donald Trump, y prometieron compartir las vacunas contra la COVID-19 con los países más pobres. Un mes después de llegar a la Casa Blanca, el demócrata asistió a sus primeras reuniones internacionales. Primero participó en una videoconferencia con los dirigentes de Francia, Reino Unido, Alemania, Italia, Japón, Canadá y los líderes de la Unión Europea, dominada por la respuesta a la pandemia, que ha dejado saldo de más de 2.4 millones de muertos en todo el mundo.
A continuación, se dirigió a la conferencia de seguridad de Múnich, la primera vez que un presidente estadounidense acude a esta cita anual de jefes de Estado, diplomáticos y expertos en seguridad.
«Estoy enviando un mensaje claro al mundo. Estados Unidos está de vuelta. La alianza transatlántica está de vuelta», dijo el presidente de Estados Unidos desde la Casa Blanca en esta segunda reunión. En su comunicado, los dirigentes del G7 reconocieron este nuevo estado de las cosas y dijeron que querían convertir 2021 en un punto de inflexión para el multilateralismo, aplicándolo en primer lugar a la pandemia. «De nuevo, el multilateralismo tendrá más opciones dentro del G7», dijo la canciller alemana, Angela Merkel.
Además, el G7 y Biden anunciaron que duplicarán su apoyo colectivo a la vacuna contra la COVID-19 con ayudas de hasta $7,500 millones, en particular por medio del mecanismo COVAX de la ONU, dirigido por la Organización Mundial de la Salud (OMS), a la que Washington se acaba de reintegrar tras la estrepitosa salida de Trump.
Además de Estados Unidos, la Unión Europea ha duplicado su contribución hasta $1,210 millones. Por su parte, Alemania anunció que también aportará $1,800 millones a la lucha mundial contra la pandemia.