El verano recién empezó en el hemisferio norte y ya se han registrado brutales olas de calor desde Europa a China pasando por Estados Unidos, donde se esperan temperaturas récord el fin de semana. Unos episodios que ilustran claramente los peligros del calentamiento global.
En Estados Unidos, más de 100 millones de personas están bajo alertas de calor, de acuerdo con el sitio gubernamental heat.gov.
Texas, Arizona, Nevada y California esperan condiciones potencialmente peligrosas en los próximos días, con registros récord de temperatura, advirtió el Servicio Meteorológico Nacional estadounidense (NWS).
También Italia, España, Francia, Alemania y Polonia enfrentan temperaturas abrasadoras.
El termómetro puede llegar hasta los 48 ºC en las islas de Sicilia y Cerdeña «potencialmente las temperaturas más altas jamás registradas en Europa», según la Agencia Espacial Europea (ESA).
El norte de África también se sofoca. Marruecos sufre episodios de calor extremo desde el inicio del verano y una alerta roja de calor se emitió para varias provincias del sur del país.
Algunas regiones de China, entre ellas donde está Pekín, también sufren de una fuerte ola de calor. La mayor empresa eléctrica del país indicó el lunes que registró un récord de generación diaria de electricidad debido a la mayor demanda relacionada con las altas temperaturas.
A nivel mundial, el pasado mes de junio fue el más caliente jamás registrado, de acuerdo con la agencias europea Copernicus y la estadounidense Nasa.
Luego, la primera semana de julio se convirtió en la más caliente jamás registrada, según datos preliminares de la organización meteorológica mundial (OMM).
El calor es uno de los eventos meteorológicos más mortíferos, recordó la OMM. El verano pasado, solo en Europa, las fuertes temperaturas causaron más de 60.000 muertes, según un reciente estudio.
Además, este clima extremo ocurre más frecuentemente por el cambio climático, «desafortunadamente se convierte en la nueva norma», aseguró en un comunicado el jueves el secretario general de la OMM, Petteri Taalas.
El fenómeno meteorológico cíclico de El Niño, que por lo general implica el aumento de las temperaturas mundiales, también contribuye a empeorar la situación.
Incendios, inundaciones, calor
En Norteamérica, el verano ya es responsable de una serie de catástrofes. El humo de los incendios forestales en Canadá, donde más de 500 fuegos aún están fuera de control, provocaron varios episodios de fuerte contaminación atmosférica sobre todo en el noroeste de Estados Unidos en junio.
Asimismo, inundaciones catastróficas afectaron esta semana al estado de Vermont (noreste). Científicos recordaron que el calentamiento global también puede causar lluvias más frecuentes y más fuertes, aumentando el vapor de agua en la atmósfera.
Además, desde hace varias semanas, el sur del país enfrenta una ola de calor que no da respiro a los habitantes.
Este fin de semana, en el desierto californiano del Valle de la Muerte, la temperatura podría igualar o superar la temperatura aérea más alta jamás registrada de forma confiable en la Tierra, según el climatólogo Daniel Swain, de la universidad de California en Los Ángeles.
Oficialmente, el récord mundial absoluto fue establecido en el Valle de la Muerte en los 56,7°C por la OMM. Pero éste data de 1913 y varios meteorólogos no lo consideran fiable, explicó el científico, que prefiere ceñirse a los 54,4°C registrados en el mismo lugar en 2020 y 2021.
Olas de calor marinas
Los océanos no están exentos del cálido comienzo del verano.
En el sur de la Florida (sureste de Estados Unidos), la temperatura del agua cerca de las costas superó los 32°C, de acuerdo con la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA).
Las temperaturas en la superficie del Mediterráneo serán «extremadamente altas en los próximos días y semanas», advirtió la OMM, con más de 30°C y valores de más de 4°C por encima de la media en vastas zonas del oeste.
Las olas de calor marinas tienen efectos devastadores sobre las especies que allí viven, sobre su sobrevivencia y sus migraciones, y también pueden tener consecuencias negativas para la pesca.
En el otro extremo del planeta, el hielo marino de la Antártica alcanzó su punto más bajo para un mes de junio.
En comparación a la era preindustrial, el mundo ya experimenta un recalentamiento cercano a 1,2°C bajo los efectos de la actividad humana, en especial por el uso de combustibles fósiles como carbón, petróleo o gas.
Para el secretario general de la OMM, Petteri Taalas, las olas de calor actuales «subrayan la urgencia creciente de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero los más rápido posible y el máximo posible».