El párkinson es una enfermedad neurodegenerativa de causa desconocida que consiste en el cúmulo de una sustancia llamada alfa-sinucleína, que se vuelve tóxica para las neuronas o produce una destrucción de estas en cierta región del cerebro.
Al existir una disminución de neuronas, baja la producción de dopamina, lo que genera alteraciones motoras.
«Al no haber dopamina, no se logra controlar bien los movimientos y genera los síntomas cardinales de la enfermedad, que son rigidez, temblor e inestabilidad postural», explicó el doctor Daniel Pereira, neurólogo y miembro de la Unidad de Movimientos Anormales, del Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS).
El doctor Pereira explicó que en el ISSS se brinda atención para la enfermedad de Parkinson a un aproximado de 1,250 pacientes, quienes reciben tratamiento farmacológico y de fisioterapia, y tres de estos derechohabientes han sido beneficiados con estimulación cerebral profunda.
«Cuando los medicamentos ya no están haciendo su labor surge la cirugía para la enfermedad de Parkinson. En total se han hecho tres cirugías por parte del Seguro Social», detalló el neurólogo.
De acuerdo con datos del ISSS, cada uno de estos procedimientos está valorado en $60,000.
Cada 11 de abril se conmemora el Día Mundial del Párkinson, el cual coincide con el nacimiento de James Parkinson, neurólogo británico que en 1817 describió lo que en aquel tiempo llamó parálisis agitante (párkinson).
Aunque la mayor predisposición para padecer la enfermedad está en mayores de 65 años, esto no excluye a los jóvenes, señaló el doctor Pereira, ya que hay pacientes que comienzan con la enfermedad antes de los 45 años, y también existe el párkinson juvenil, antes de los 30.
Asimismo, dijo que existen factores de riesgo tanto genéticos como medioambientales, pero, al no haber una causa específica para su desarrollo, con la conmemoración de este día se busca hacer conciencia sobre la prevención de la enfermedad.
Entre los factores ambientales que pueden desencadenar el párkinson están las intoxicaciones con manganeso y plomo, el consumo de agua de pozo y el abuso de drogas (metilanfetamina).
«También existen factores protectores como la actividad física, el consumo de café, y el consumo de una dieta rica en fibra, en verduras y antioxidantes tiene un factor preventivo de la enfermedad», señaló el especialista.