Desde 1992, El Salvador oficialmente declaró el 1.º de marzo como Día Nacional de la Persona No Vidente, para crear conciencia en la población sobre las barreras sociales, culturales y laborales que enfrentan las personas ciegas o con visión disminuida en el país.
La fecha hace referencia directa a la creación de la primera escuela para ciegos de El Salvador, inaugurada en 1943 y fundada por Fausto Aguilar Peñate, porque a partir de ese momento se inició todo un proceso de inclusión, educación y lucha por las personas ciegas.
Con el paso de los años, todavía es notorio el largo camino por recorrer en la lucha por un país más inclusivo, porque la Vida De realidad nacional para las personas con discapacidad visual es una batalla que día a día representa un sinfín de retos.
Actualmente existen esfuerzos por hacer del mundo de las personas ciegas un lugar más sencillo y comprensible a través del tacto, utilizando para ello una herramienta mundialmente conocida: el sistema braille.
La Asociación de Ciegos de El Salvador (Asces), que por más de 28 años ha prestado servicio en pro de las personas con discapacidad visual, ha impulsado de manera sistemática el uso del braille y ha logrado instruir a cientos de salvadoreños no videntes y videntes. A estos últimos los ha sensibilizado sobre las necesidades apremiantes de la población ciega.
La experiencia de Asces ha permitido el desarrollo de diversos proyectos pedagógicos en alianza con el Ministerio de Educación, que han logrado capacitar y orientar a docentes del sistema educativo del país para una mejor atención a la población escolar con discapacidad visual.
Para Andrés Antonio Alas, presidente de la Asociación de Ciegos de El Salvador, los esfuerzos hechos a la fecha son fructíferos y esperanzadores, ya que, según expresa, «a través de la enseñanza del braille se ha logrado cambiar la realidad de muchas personas en el territorio nacional».
«La asistencia académica para la enseñanza del braille ha tenido sus frutos, y gracias a ella se ha logrado enseñar a niños y adultos, desde parvularia hasta bachillerato, un sistema que les permite la comprensión y comunicación. Hemos cambiado muchas realidades. Eso es realmente valioso».
Los proyectos incluyen la asistencia académica en todas las materias que implementa el sistema educativo, como Matemática, Lenguaje, Ciencias, entre otras, y también facilitan material didáctico y auditivo, escritura en macrotipo (en diferentes tamaños de letra, según la necesidad y el campo visual de las personas) y literatura adecuada para garantizar el correcto aprendizaje del estudiante.
Actualmente, a pesar de la pandemia, la asociación continúa trabajando para persistir en los procesos de cambio de los salvadoreños que lo requieran. Según Alas, los esfuerzos nunca paran, y es que con el correr del tiempo y la perseverancia han otorgado verdaderas oportunidades para las personas ciegas.
En el ámbito educativo, las universidades también han adaptado algunos de sus planes al sistema braille, así como sus bibliotecas. En lo público, instituciones oficiales se han ocupado de disponer aceras y semáforos inclusivos, entre otras acciones que poco a poco se han ido sumando a la realidad de un mundo diverso.
Un sistema completo
El braille es un sistema de lectura y escritura táctil ideado para personas con discapacidad visual. Fue creado por el francés Louis Braille a mediados del siglo XIX, quien se quedó ciego debido a un accidente durante su niñez.
Cuando tenía 13 años, el director de la escuela de ciegos y sordos de París (donde estudiaba el joven Braille) le pidió que probara un sistema de lectoescritura táctil inventado por un militar llamado Charles Barbier y diseñado para transmitir órdenes a puestos de avanzada sin tener necesidad de delatar la posición durante las noches.
Louis Braille descubrió al cabo de un tiempo que el sistema era válido y lo reinventó utilizando un sistema de ocho puntos. Al cabo de unos años, lo simplificó y creó el sistema universalmente conocido hasta hoy que solamente incorpora seis puntos.
Desde 1825, año en el que Louis Braille ideó su sistema de puntos en relieve, las personas ciegas han contado con una herramienta válida y eficaz para leer, escribir, componer o dedicarse a la informática.
Regleta y punzón
La regleta y el punzón son herramientas baratas y portátiles que se usan para escribir braille, en la misma forma que funcionan el lápiz y el papel en la escritura ordinaria. Las regletas constan de dos partes planas de metal o plástico que se mantienen juntas con una bisagra en un extremo. Se abren para sujetar el papel. La parte superior tiene líneas de aberturas con la misma forma y tamaño que las celdillas braille. La parte de atrás tiene filas de pocitos ubicados de la misma manera y con el mismo tamaño que las celdillas braille.
El punzón es un trozo de metal aguzado con una parte de plástico o madera para sujetarlo. Se usa para perforar o dar relieve a los puntos braille en el papel que sujeta la regleta. Los pocitos de la regleta impiden que el punzón haga un agujero en el papel cuando se está escribiendo.
Retos pendientes
La población ciega del país tiene muchas necesidades sin resolver. A continuación se enlistan algunas de ellas:
Políticas públicas que garanticen oportunidades reales y dignas de empleos para las personas ciegas.
Un sistema educativo que brinde igualdad de oportunidades académicas para personas con discapacidad visual.
Infraestructura urbana, inclusiva y respetuosa para las personas con algún tipo de discapacidad visual.
Campañas de sensibilización para trato digno e igualitario para personas con discapacidad (para el sector de transporte en particular)
Elaboración de un censo poblacional de personas ciegas.