Considerando que este es un mal endémico que trae muchos años de arrastre, una vuelta de timón es necesaria para contar con un sistema de salud, sino en excelencia, por lo menos digno y solidario, especialmente con aquellos que por su estrato social tienen menos recursos y conocimiento para procurarse una vida plena y saludable.
¿Cuál es la respuesta de la sociedad ante estos hechos?
En primer lugar, se ha expandido el consumo de medicina natural, que especialmente en el mercado virtual se presenta como una panacea y sin mayores daños colaterales. Expertos en diversas ramas del conocimiento presentan toda clase de curas milagrosas, disputándose el mercado de las drogas de la industria farmacéutica.
Pero hasta allí se rumora la mano conspirativa de las grandes empresas, tal es el caso del puertorriqueño naturópata cuyo canal de YouTube tenía una gran cantidad de seguidores y últimamente afirmaba haber descubierto la cura natural para el cáncer. Murió luego de tirarse de un séptimo piso del hotel donde vivía.
Al corto plazo van emergiendo hallazgos de la ciencia o alternativas, como es el caso de la fabricación de órganos en impresoras 3D. La física cuántica también va permitiendo que la neurología vaya expandiendo sus fronteras, especialmente en el descubrimiento que las emociones y los pensamientos puede causar disturbios en la mente y en el cuerpo, enfermedades.
Por último, los casos casi sobrenaturales de la autocuración de la columna vertebral del doctor Joe Dispenza con la aplicación de métodos de neurociencia, epigenética y física cuántica. O los hallazgos del doctor e investigador mexicano Jacobo Grinberg, neurofisiólogo y psicólogo, desaparecido en 1994, luego de un viaje a India que documentó en siete volúmenes las operaciones que hacía Pachita Jacobo sin mayores instrumentos que un cuchillo de cocina, a la cual vio sanar y restaurar órganos.
Una chamana mexicana, de cuya investigación propuso su teoría sintérgica, que propone que existe un continuo espacio de energía y que el humano solo puede percibir una parte de esto. Manifestaba que la realidad está ligada al desarrollo de la conciencia y que esta no es una actividad cerebral, sino que somos receptores de una conciencia general a la que estamos conectados todos, como el internet.
En fin, el ser humano ante los valladares de los grandes centros de poder siempre busca franquear los obstáculos y con mayor esmero. Tales son los casos que registra la historia de las civilizaciones, como lo sugiere Arnold J. Toynbee, en Colapso de las Civilizaciones. Así que cuando el alma humana sucumbe a sus apetitos egoicos de poder y arrogancia, estos son signos inequívocos de su disolución y caída.
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