«El agua es vida», es una de las máximas más acuñadas al líquido, que en el fondo encierra una verdad ineludible sobre su papel en la vida de los seres humanos, pero también de su rol en social, histórico y político en El Salvador.
Esa es la investigación del profesor y antropólogo y profesor salvadoreño, Hugo de Burgos. La investigación e historiografía tuvo su origen tras la participación como docente invitado al Doctorado en educación que imparte la Universidad de El Salvador (UES). El docente radicado en Canadá nunca abandonó su raíz y la investigación de su país.
Esto se convirtió en un libro que fue presentado por Burgos ante la Editorial Universitaria como parte de la convocatoria anual para incentivar la producción académica y científica de los docentes en la universidad y que se publica como parte de la Colección «Pensamiento Universitario Dr. Fabio Castillo Figueroa», explicó Daniel Hidalgo, coordinador de la Editorial Universitaria.
Así, tras una deliberación y comprobación de la metodología, de la teoría y de la información, la editorial aprobó la investigación en libro denominado «Breve historia de la vida social del agua en Suchitoto». Tanto Burgos, como en ese momento del director de la Editorial, Luis Borja, trabajaron en la edición del libro a inicios de 2021. Raúl Azcúnaga, vicerrector académico de la UES, en el prólogo del libro manifiesta que «este libro es un importante y sustantivo aporte a la comprensión de la realidad cotidiana y su relación con el agua en una comunidad salvadoreña típica de El Salvador, realidad que es compartida con cientos de comunidades en nuestro país y en Centroamérica».
Y agrega que «este trabajo de investigación antropológica muestra además los procesos históricos y culturales específicos de la asignación de sentido social y cultural en el plano simbólico de donde surgen las múltiples y poderosas metáforas: “El agua es la vida de los pobladores de Suchitoto”».
El libro ha sido presentado en varias ocasiones, incluyendo una en Suchitoto a finales de febrero y también ha sido un homenaje en cada ocasión tanto para Luis Borja, quien inició el proceso de edición y falleció el 3 de marzo de 2021. Así como tributo para el mismo Doctor Burgos, quien concluyó todo el proceso y falleció a semanas de ver la impresión del libro, el 28 de septiembre de 2021.
Su esposa Cecilia, en una de las presentaciones envío un audio agradeciendo por el apoyo a dicha investigación y como vocera del investigador: «Quiero agradecer a la vicerrectoría académica, a la Editorial Universitaria, al doctor Azcúnaga y a todos los que hicieron posible la realización de este valioso libro. La importancia recopilada de este libro nos expone la importancia del recurso hídrico y cómo ha jugado un papel muy importante en la sociedad. Personalmente, tuve la oportunidad de ser parte de este valioso proyecto junto a mi hija y sentir que mi amado esposo, el doctor Hugo de Burgos, realizó esta obra con amor y sabiduría para entender la importancia del agua en nuestras vidas».
Hidalgo destacó la relevancia de la investigación como fuente histórica para los jóvenes no solo de Suchitoto, sino en general.
Esta primera edición cuenta con un tiraje de 500 libros. La publicación está disponible para adquirirse en la Librería Universitaria de la UES a un valor de $4.50.
Homenaje póstumo
La comunidad académica, con el coronavirus, ha perdido a grandes investigadores y personajes que por medio de su labor hacían de este un mundo mejor. Hugo de Burgos y Luis Borja, ambos unidos por su labor educativa y en la elaboración de este libro, fallecieron en 2021 a causa del virus.
La comunidad universitaria los recuerda y homenajea con esta publicación que ya es parte de la Universidad de El Salvador.
Burgos era originario de San Vicente y se radicó en Canadá desde donde nunca cortó su vínculo con el país. Fue antropólogo médico, cineasta, poeta, músico, pintor, historiador y miembro de las sociedades de antropología de Canadá y Estados Unidos. Entre muchas otras cosas fue catedrático de Antropología Médica, en la Universidad de British Columbia, Canadá. Luis Borja, por su parte, al fallecer se destacaba como director de la Editorial Universitaria de la UES. Era reconocido y premiado poeta joven en El Salvador. Un año antes de su partida, ganó la sexta edición del Premio Internacional de Poesía Pilar Fernández Labrador, otorgado en Salamanca, con el libro «UMIT». Era originario de Ahuachapán.
UNA EDITORIAL MUY ACTIVA
Desde hace tres años, la Editorial Universitaria convoca a la recepción de textos, investigaciones y toda producción que fomente el estudio dentro y fuera de la Universidad de El Salvador. La convocatoria es para incentivar a los docentes en su producción y apuesta académica para una publicación del texto por parte de la editorial bajo la sombrilla de la Colección «Pensamiento Universitario Dr. Fabio Castillo Figueroa».
Daniel Hidalgo, coordinador de la Editorial, explicó que en el primer año de la convocatoria se publicaron cinco libros, y el año pasado fueron 12, entre los que se incluyó el libro del antropólogo Hugo de Burgos. Para este año ya se cuenta con el primer libro bajo dicha colección. Se trata de la investigación «Extensión y desarrollo rural en El Salvador».
La meta de la editorial, bajo la confianza y aprobación de la Vicerrectoría Académica, es que cada año se publiquen 25 libros, para ello cuentan con un presupuesto de $50,000, que en caso de requerir más por la cantidad de libros en puerta podría aumentarse, explicó Hidalgo.
Además, la visión es que quede institucionalizada esta colección sin importar el rector en turno.
Otro de los planes de la Editorial Universitaria es lanzar en abril de este año la tercera convocatoria para el Premio Nacional de Literatura para cuento, poesía, ensayo y novela.
El primer año terminó con tres ganadores. Mientras que en 2021 no fue posible premiar debido a que la pandemia interfirió en la cantidad de material enviado y fue muy poco como para seleccionar. El premio es una edición de la obra completa, un diploma y una medalla de reconocimiento.
Y siempre con el objetivo de educar, también cuentan con diplomados para formar a profesores, profesionales externos, así como estudiantes en el arte de editar, diagramar y diseñar libros y textos científicos o académicos.
«En el país no hay una carrera que se dedique a la corrección y edición de textos, hay periodismo y letras, pero de allí no se enseña a escribir. Por eso queremos crear ese sector para los estudiantes para que tengan una ventana más en su vida profesional para corregir, diseñar, diagramar y producir libros», explicó.
La idea es crear un Centro de Escritura para los estudiantes, pero también para profesionales de la universidad y fuera de ella.