En los últimos días, y ni tan últimos, hemos sido testigos de comentarios de algunos periodistas y medios de comunicación extranjeros en los cuales critican particularmente la situación de democracia en El Salvador.
Para hablar de democracia primero debemos tener claridad de lo que esta significa; la democracia es una forma de gobierno en que puede ejercerse el poder político del pueblo y para el pueblo, en la cual la participación de la ciudadanía decide sobre sus gobernantes. Como vemos, esto tiene plena concordancia con lo expresado por el presidente Bukele al referir la etimología de la palabra «democracia», mencionando que deriva de las palabras griegas «demos» y «kratos»: «demos» significa ‘pueblo’, «kratos» significa ‘poder’; por lo tanto, la democracia es el poder del pueblo, el gobierno del pueblo. Viendo más allá de una definición concreta o etimológica, hemos tomado conciencia de que la democracia es libertad, es participación, es decisión y es soberanía del pueblo.
El pueblo salvadoreño ha despertado y ha hablado, ha hecho saber su sentir, el cual quedó demostrado en una avasalladora victoria en las recientes elecciones presidenciales, así como de la Asamblea Legislativa, haciendo valer su voz, su voto, su decisión, su democracia.
Las recientes elecciones en El Salvador han sido un hito relevante en la democracia del país, demostrando el poder de decisión del pueblo salvadoreño. La participación masiva en el proceso electoral reflejó un compromiso con el sistema democrático y una voluntad de influir en el rumbo político de la nación, quedando claro en las elecciones recientes que es su deseo continuar con el camino del cambio que han emprendido desde 2019.
El hecho de que se haya llevado a cabo un proceso electoral pacífico y transparente es un testimonio claro del progreso democrático en el país, en el cual el pueblo mostró la capacidad de elegir entre diferentes propuestas y enfoques, expresando sus preferencias mediante su derecho al voto, destacando el poder de decisión que tiene, y reafirmando el compromiso del país con la democracia. La voz y sentir del pueblo salvadoreño se hizo notar.
Con base en lo anterior se desprende que hemos visto que se ha ejercido una verdadera democracia en el país, que el pueblo salvadoreño hizo valer su derecho al voto, su derecho a elegir; entonces: ¿se critica la decisión del pueblo?, ¿se critica la democracia ejercida por los salvadoreños?
Las elecciones en El Salvador destacaron la importancia de la participación ciudadana, del poder de decisión del pueblo salvadoreño para continuar la reconstrucción del país y la relevancia de la democracia mostrada.
El camino del cambio ya se emprendió y el camino de la reconstrucción ya está forjado, se inició poniendo orden y limpiando la casa, de adentro hacia afuera, para fortalecer los cimientos de un país, de un pueblo. Ahora toca continuar con los cambios, con los avances, con el crecimiento y con el desarrollo, demostrando que la democracia existe, como se ha hecho ver, que la decisión del pueblo quedó demostrada y que la misma se hizo valer.