El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, en el poder desde hace veinte años, empezó ayer su tercer mandato de presidente tras jurar ante el Parlamento en Ankara.
El jefe de Estado, de 69 años y reelegido por cinco años el 28 de mayo con el 52 % de los votos, prometió «asumir su deber con imparcialidad» ante los 600 diputados electos el 14 de mayo, en una ceremonia retransmitida en directo por los canales de televisión tucos.
«Como presidente, juro proteger la existencia y la independencia del Estado, la integridad de la patria, la soberanía incondicional de la nación, el Estado de derecho y el principio de una república laica, tal y como la concibió Mustafa Kemal Atatürk, el fundador de la República», declaró el presidente, conocido por su defensa de las posiciones islamoconservadoras.
La ceremonia de investidura contó con la presencia de unos 20 jefes de Estado, entre ellos el venezolano Nicolás Maduro, y del secretario general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), Jens Stoltenberg.
Después de ese acto, bajo la lluvia, Erdogan visitó el mausoleo de Atatürk, donde ensalzó brevemente una nueva era, comprometiéndose a «llevar a las víctimas del sismo a sus casas lo antes posible».
Al menos 50,000 personas murieron en el terremoto del 6 de febrero, que dejó a millones de personas sin hogar en el sur del país, de las que tres millones fueron desplazadas.