La reciente entrega de computadoras por parte del Ministerio de Educación representa una ventana de oportunidades y esperanza para la educación salvadoreña que se enfrenta desde hace un año a una crisis sanitaria sin precedentes y que afecta los servicios educativos a los que estábamos acostumbrados en todo el mundo.
Esta lucha contra el tiempo por garantizar el derecho a la educación de los salvadoreños tuvo como uno de sus primeros pasos la capacitación y certificación del gremio docente para el uso de Google Classroom, que permitió desarrollar habilidades para la producción de materiales educativos digitales y el seguimiento de procesos académicos. Adicionalmente, se pusieron a disposición otros recursos y espacios para el aprendizaje, como las guías de continuidad educativa y la franja en televisión y radio Aprendamos en Casa.
El sistema educativo no contaba con las condiciones mínimas para operar frente a este estado de emergencia sanitaria; sin embargo, los esfuerzos hasta la fecha generan satisfacción y optimismo si los comparamos con los antecedentes en esta materia, en donde, según el observatorio del Mined, al cierre de 2019 solo la mitad de los centros educativos del país contaba con computadoras, pero la mitad de estos dispositivos eran portátiles, es decir, 61,142 computadoras que necesitaban ser distribuidas para una población de 1,425,425 estudiantes y 58,077 docentes. Lo que significaba que cada computadora debía dar abasto para 24 personas, algo claramente insuficiente para la demanda actual y que requiere, además, de una política específica para responder a esta modalidad educativa.
El proceso de asignación del equipo tecnológico, según las autoridades, inició con la entrega para el personal con enfermedades crónicas y para aquellos que no contaban con este recurso para desarrollar sus clases. Estas computadoras contribuyen a garantizar la continuidad educativa por ser una herramienta de trabajo que contiene acceso gratuito a internet, Office 365, Windows 10 y otros «softwares» complementarios. La meta trazada por el Mined sostiene llegar al 100 % de los docentes y estudiantes.
No obstante, las computadoras por sí mismas no garantizan la educación y su referencia de calidad porque es a través del personal humano ya capacitado y abierto a esta modalidad que se logrará dicha condición. Es importante para ello motivar el uso adecuado y responsable de estos recursos que están a la disposición de los principales actores de la educación salvadoreña.
Las autoridades, por su parte, tienen el desafío de responder con rapidez y asertividad todas las implicaciones del aprendizaje virtual. Para ello, las experiencias provocadas por la pandemia deben reestructurar y fortalecer algunas políticas que contribuyen a la alfabetización y democratización de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), pero que no han tenido los resultados esperados debido a que carecen de presupuesto y personal humano, tal es el caso de la política nacional de TIC en educación y la política de innovación, ciencia y tecnología.
Enlaces con la Educación no solo se constituye como un programa educativo que contribuye a la educación virtual ante la pandemia, sino que genera un importante mensaje a escala nacional de que la tecnología es clave para el desarrollo social, económico y productivo de El Salvador. Y para que eso sea posible, es importante apostar desde la educación básica, media y universitaria a la investigación científica y tecnológica, con el fin de contribuir al desarrollo sostenible y al bienestar social.
Las instituciones públicas, las empresas privadas, los medios de comunicación y la sociedad civil deben apoyar el esfuerzo de aspirar a una sociedad donde se garantice el derecho y la necesidad de educarnos, y en especial, cuando nos encontramos ante una emergencia sanitaria que pone en riesgo no solo a la niñez, adolescencia y juventud no escolarizada, sino también a aquella que se encuentra dentro del sistema educativo.
No podemos perder de vista la importancia que la educación tiene en nuestras sociedades, Unicef señala que un año adicional recibiendo una educación de calidad puede aumentar los ingresos de una persona en un 10 %. Sin embargo, las personas que viven en condición de vulnerabilidad son quienes, por lo general, menos educación reciben.
El reto para nuestro país es claro y contundente: no debemos desmayar y debemos continuar los esfuerzos por ofrecer una educación de calidad aún en época de emergencia, porque, de lo contrario, pondremos en peligro el futuro de nuestra niñez y adolescencia y, por consiguiente, el futuro de nuestra sociedad salvadoreña.