Hace unos días me reuní con los diputados de la comisión de relaciones exteriores de la Asamblea Legislativa y me emociona haber encontrado a un equipo de legisladores comprometidos, con capacidad y con la disposición de sacar al país adelante.
La bancada cian ha iniciado con pie derecho su gestión, pues se ha dado a la tarea de verificar aquellos expedientes de tratados e instrumentos internacionales que estuvieron engavetados por años, sin ninguna justificación, esperando ser revisados, ratificados y adecuados a nuestra realidad.
Es así como de manera diligente están retomando temas que anteriores legislaturas habían considerado como irrelevantes, una actitud totalmente irresponsable e inaudita, pues, como todo servidor público, tuvieron que haber pensado en el bienestar del pueblo, no en su comodidad o conveniencia.
Actuaron con mezquindad, sin reparar en las necesidades reales de la población; por lo tanto, es loable que, en tan corto tiempo, los nuevos diputados estén tomando acciones para saldar deudas históricas e impostergables.
De manera concreta, quiero destacar que, gracias a la invitación que me hicieron los legisladores al seno de esta comisión especializada, participé en un encuentro para verificar el estado de la convención relativa a la lucha contra las discriminaciones en la esfera de la enseñanza de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, un tratado que ha estado esperando más de 60 años para ser ratificado.
Al contar con instrumentos como estos, nuestro país sale ganando, pues fortalecemos iniciativas como la impulsada por la primera dama de la república, Gabriela de Bukele, Crecer Juntos. Esto vendría a sumarse a los esfuerzos del Gobierno de continuar favoreciendo a más niños y jóvenes. También destaca la entrega de computadoras como parte del proyecto Enlaces con la Educación, una iniciativa sin precedentes que se traduce en beneficios palpables que la población ya goza y que son indispensables para el desarrollo nacional.
Con los diputados también discutimos otros instrumentos que databan de los años noventa y otros tan importantes que habían quedado olvidados, tales como los convenios adoptados por la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Nuestro Ministerio de Trabajo verá fortalecido, con este tipo de herramientas, el proceso de mejora constante de las condiciones de nuestros trabajadores.
Y es que no debemos perder de vista que una de las prioridades de nuestro Gobierno es la generación de empleos que garanticen condiciones dignas y calidad de vida para los trabajadores en un marco de equidad y justicia social.
De igual manera, abordamos instrumentos referidos a la erradicación de la violencia y discriminación de la mujer, otro tema de gran relevancia que, sin duda, contará con la visión y el respaldo del Instituto Salvadoreño para el Desarrollo de la Mujer.
Por lo anterior, desde la cancillería reiteramos nuestro apoyo a las acciones que sea necesario tomar y estén dentro de nuestras competencias institucionales para que estos instrumentos sigan su curso, avancen y, sobre todo, entren en vigor, con el único propósito de seguir transformado la vida de los salvadoreños.
Y es que no debemos olvidar que somos parte del concierto internacional en el que convergen todos estos instrumentos en materia de derechos humanos, de niñez, cooperación, democracia, derechos de las mujeres, anticorrupción, comercio, integración regional, salud. Todos estos temas están alineados con la visión del presidente Bukele, la cual está reflejada en el Plan Cuscatlán y en sintonía con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Organización de las Naciones Unidas.
Le reiteramos al mundo que El Salvador continúa dando saltos de calidad en el camino del desarrollo para dejar de ser un país atrasado y pobre donde antes solo se hacía lo mínimo para que nuestra gente sobreviviera. Ahora esta nación es un ejemplo de que todo es posible con voluntad y compromiso, siempre cuando los ciudadanos estén al centro de la labor gubernamental.