El presidente Nayib Bukele anunció ante 50,000 asistentes a la conferencia Bitcóin 2021, el mayor encuentro en la historia de las monedas virtuales, que este año se celebró en Miami, Florida, que esta semana enviará a la nueva Asamblea Legislativa un proyecto de ley para que el bitcóin sea una moneda de curso legal en El Salvador.
«En el corto plazo, esto generará trabajo y proveerá inclusión financiera a miles de miles de personas», explicó el mandatario en un video transmitido durante la presentación de Jack Mallers, fundador de la plataforma de pagos Strike, quien asesorará al Gobierno en la implementación del sistema.
Mallers pasó tres meses en el país conociendo las condiciones y cómo el bitcóin ha ayudado a que pequeños emprendedores en las playas de Surf City puedan prosperar, pues aunque no tengan cuentas bancarias sí disponen de billeteras virtuales o monederos electrónicos de bitcóin, con los que pueden hacer transacciones en línea de toda naturaleza, desde vender minutas, cobrar el hotel o hasta comprar en la tienda local.
En un país con el 70 % de la población que carece de cuenta en el banco, un paso como este no solo es osado sino también visionario, porque empujará a la sociedad al esfuerzo de reducir la brecha digital. Ya se avanzó enormemente en este tema con la implementación de las clases en línea debido a la pandemia. Pero el esfuerzo del Gobierno del presidente Bukele por medio del Ministerio de Educación de entregar computadoras a los alumnos y docentes, además de capacitar a los maestros en Google Classroom, ha logrado una disminución significativa de la brecha digital.
La ministra de Educación, Karla Hananía, dijo a «Diario El Salvador» el 1.º de junio, antes de la rendición de cuentas del segundo año de gestión del presidente Bukele: «Nadie lo hubiera creído». Pero así fue. Millares de maestros, los más jóvenes y los más veteranos, no solo se capacitaron para usar herramientas digitales, sino que implementaron otras, como WhatsApp, para supervisar el trabajo en casa de los estudiantes y el apoyo de los padres de familia.
Nuevamente, el Gobierno del presidente Bukele vuelve a enfrentar problemas históricos de manera no convencional, más propio de los nuevos tiempos y de acuerdo con las herramientas que ofrece el mundo moderno. Un futuro mejor es posible, pero para construirlo hay que pensar diferente, trascender la exclusión de los mismos de siempre e incluir a todos en el desarrollo, escuchar la voluntad popular y usar las nuevas tecnologías.