Las extorsiones en El Salvador, pese a que han disminuido, continúan siendo uno de los flagelos que afectan a cientos de ciudadanos. Para la víctima «clave 160», quien goza de régimen de protección, ser amenazado por miembros de pandillas fue causa suficiente para huir de su hogar en El Congo, Santa Ana.
Fue el 8 de abril del 2019 cuando un supuesto miembro de la Mara Salvatrucha llegó al negocio de la víctima y le exigió un pago de $50. «Desde ese día tenía que entregar la misma cantidad», se lee en la acusación fiscal. El salvadoreño no tenía el dinero solicitado y en su defensa dijo que, él «nunca se había metido con ellos» y optó por negociar.
El monto de la extorsión bajó a 20 dólares. «El pandillero le dijo que le entregaría ese dinero a la semana o si no, atentarían contra su vida», ese fue el ultimátum que recibió la víctima.
El problema de las extorsiones afecta desde pequeños comerciantes a dueños de negocios y empresarios a quienes, comúnmente, los pandilleros amenazan de muerte para exigir un «pago».
Del 1 de enero al 30 de septiembre de este año, al menos 908 personas denunciaron ser víctimas de extorsión, según las estadísticas de la Policía Nacional Civil (PNC); esta cifra refleja una disminución en comparación al año pasado en el que había 1,629 denuncias durante el mismo periodo.
Las cifras demuestran que, durante este año, se han denunciado aproximadamente 100 extorsiones por mes, lo que implica una reducción del 55% de casos que se reportaron el año anterior. Este dato oficial se muestra mayor para el criminólogo, Ricardo Sosa, quien hasta octubre reporta 1,089 denuncias por este delito y la brecha de disminución desciende a un 40%. Para el especialista, el promedio de extorsiones diarias en el país es de 3.5 casos.
San Salvador es el departamento en el que, por segundo año consecutivo, más personas denunciaron ser víctimas de chantaje, con 303 casos, cifra menor a la del año pasado que se registraban 585 denuncias hasta septiembre. San Miguel y Santa Ana también registran cantidades altas con 87 y 84 casos respectivamente. Seguido de La Libertad con 77 denuncias.
Sosa explicó que la disminución drástica de denuncias por extorsión puede estar influenciada por la cuarentena producto de la pandemia del COVID-19 en el país, ya que muchos negocios cerraron, sin embargo «ya existía descenso en el número de denuncias para 2019 y se ha confirmado durante este año».
Hasta octubre, la Policía registra más de 24, 200 capturas a nivel nacional. Al menos 2,240 detenciones han sido por extorsiones, seguido de 1,250 por homicidio y más de 500 por violaciones.
«Clave 160» no contaba con el dinero que la pandilla le exigía, pero por las amenazas no tuvo otra solución que entregar el dinero. Sin embargo, tiempo después decidió denunciar a los malhechores y ahora Luis Fernando M., de 21 años, y otro joven, no identificado, se encuentran en prisión a la espera del juicio.
Chantajes vía electrónica
«Si no pagas te vamos a matar a vos o a un familiar», esa la sentencia que más repiten estos delincuentes que se valen de teléfonos celulares para extorsionar, o de atemorizar con pistola en mano a sus víctimas.
Según la Policía, del total de denuncias, en más de 300 se utilizaron medios electrónicos para delinquir, esto representa 34.80% y la convierte en la segunda forma más común de extorsionar. La primera no fue determinada y en 53 casos se utilizó arma de fuego.
Una campaña contra el delito, fortalecer presupuestos para la Unidad Antiextorsiones de la Fiscalía General de la República y PNC, y la responsabilidad de ciudadanos para la cultura de denuncia son algunas de las propuestas de Sosa que ayudarían a combatir las extorsiones en el país.
«No podemos esperar un combate efectivo si la denuncia no quiere denunciar, a pesar que hay trabajo especializado hay mucha gente que decide no denunciar y continúa pagando extorsión y financiando al crimen organizado», añadió Sosa.