«Perdimos a un amigo», dijo a la AFP Roberto Canessa, uno de sus compañeros en el accidente aéreo, al confirmar la muerte de Inciarte por un cáncer que padecía hace diez años.
«Ya se nos fue Javier y ahora quedamos 14», agregó, en alusión a Javier Methol, otro de los sobrevivientes, fallecido en 2015 a los 79 años, también a causa de un cáncer.
El 13 de octubre de 1972, la aeronave de la Fuerza Aérea Uruguaya, que había sido fletada para llevar de Montevideo a Santiago a un equipo de rugby amateur y a sus amigos y familiares, se estrelló en la cordillera de los Andes. Llevaba 45 personas a bordo.
Doce personas murieron en el choque, mientras que otras 17 fueron falleciendo en el transcurso de los días. Al final, sólo 16 lograron regresar con vida de la montaña, tras soportar 72 días de un frío extremo y verse obligados a ingerir la carne de los difuntos.
En declaraciones en 2012, con motivo de un viaje a Santiago para conmemorar los 40 años del accidente, y reencontrarse con el arriero chileno Sergio Catalán que posibilitó su rescate, Inciarte reflexionó sobre la experiencia que marcó su vida.
«Con el paso del tiempo lo que se dejó atrás fue la angustia, el sufrimiento, el dolor del frío que carcome la piel, para dar paso a la esperanza, a la historia de sobrevivencia, solidaridad y amistad que vivimos en la montaña», dijo a la AFP.
Inciarte, nacido el 24 de abril de 1948 en Montevideo, era un empresario agropecuario destacado por su bonhomía, generosidad y optimismo.
«Atesoraré cada momento que viví con él. Descansa en paz, amigo», dijo el jueves en Instagram el cineasta español J.A. Bayona, director de «La sociedad de la nieve», la película de Netflix basada en el libro del uruguayo Pablo Vierci sobre la tragedia de los Andes, que tendrá su estreno mundial el 9 de septiembre al cierre del festival de Venecia.
Bayona contó que Inciarte desarrolló «un vínculo especial con Simón Hempe», el actor argentino que lo interpreta en el film: «Hablaron horas, compartieron días juntos, confesiones y emociones».
Vierci, que escribió la contratapa del libro de Inciarte «Memorias de los Andes», publicado en 2017, lo definió como un «hombre bueno», que en la montaña «siempre apuntalaba al que estaba decayendo».
«Daba la impresión de que no le tenía miedo a la muerte», dijo a la AFP.