La lucha a la que se enfrentaron desde 2018 continúa para decenas de familias con el Estatus de Protección Temporal (TPS, siglas en inglés) en Estados Unidos, cuando el expresidente Donald Trump quiso poner fin al amparo. Este el caso de Cristina Morales, una salvadoreña originaria de San Miguel, de 40 años, quien se unió del 6 al 9 de abril a la huelga de hambre en Washington D. C., y que hoy llega a los 25 de 43 días de protestas para lograr la residencia permanente.
La demandante en el litigio de la Corte de Apelaciones del Noveno Circuito de San Francisco, California, que ha mantenido vivo el TPS, peleará esta batalla migratoria para poder continuar su vida como hasta ahora lo ha podido hacer junto con su esposo y dos hijos, de 14 y 16 años. «Tomamos decisiones juntos, vamos a la iglesia y al fútbol juntos», comentó Morales a «Diario El Salvador» tras su experiencia durante el segundo día de huelga.
Su hija Crista Ramos también es una de las principales demandantes en el caso conocido como Ramos versus Nielsen. Crista Ramos tenía apenas 14 años cuando se confrontó con el Gobierno de Trump por medio del sistema judicial por cancelar el estatus migratorio en 2018. La querella fue contra la exsecretaria del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) Kirstjen Nielsen, quien suspendió el programa en ese momento. Su madre aún recuerda «el frío anuncio» de Trump y su intención de culminar el TPS.
Morales, que se desempeña como asistente de docente, espera no repetir un episodio como ese en el que el Partido Republicano estuvo al frente del Ejecutivo. «Nos cayó como agua fría en la cabeza, pero creo en las leyes de este país, creo en este país que está fundado por inmigrantes y en la oportunidad de estar aquí por medio de la demanda», señaló la connacional.
La salvadoreña se preparó con dos semanas de anticipación para formar parte de la comitiva de San Francisco, California, con representación en Washington D. C., como acto simbólico por las 400,000 familias que esperan una respuesta concreta en camino a la ciudadanía, procedentes de El Salvador, Haití, Honduras, Nepal, Nicaragua y Sudán.
«El objetivo de la huelga es informar a la comunidad y también hemos dejado saber a los congresistas y senadores que estamos aquí para pedir a la administración de Joe Biden su promesa de reforma migratoria», reiteró Morales.
La huelga de hambre es solo una de las actividades a las que se han unido decenas de latinos con un mismo fin; sin embargo, la Alianza Nacional del TPS ha promovido recorridos por varios estados, pues, de acuerdo con Morales, parte de la población aún desconoce qué es el TPS y por qué es tan importante que se mantenga vigente o que se transforme.
Los beneficiarios se aventuraron el año pasado en un viaje en bus para impulsar la campaña en el Camino hacia la Justicia, que se estableció en 32 estados y 54 ciudades para sumar a más votantes y presionar al Congreso por la residencia permanente.
«Hubo un momento en que nos encontramos entre la espada y la pared, en la decisión de nuestros hijos en definir entre el país y nosotros [progenitores]», manifestó.
Los tepesianos depositan su confianza en la reforma migratoria presentada por Biden y el proyecto de H.R.6 ley de promesa y sueño americano.
Lucha continua
Los republicanos presentaron su propuesta camino a la ciudadanía, pero los tepesianos respaldan la iniciativa de los demócratas.