Como un tributo a su padre, la salvadoreña Kerubina Wuemce, quien radica en Los Ángeles, California, Estados Unidos, se dedica desde el 2009 a la entrega de víveres por medio de su fundación Manuel Aguilar, para 115 adultos mayores del municipio de Tecoluca, en San Vicente, de donde es originaria.
La iniciativa surgió luego de que los pobladores del cantón La Esperanza, en Tecoluca, designaran el 7 de agosto para homenajear cada año a su padre Manuel Aguilar, recordado como uno de los líderes en la comunidad por estar al servicio de sus vecinos, especialmente durante el conflicto armado. Aguilar fue secuestrado y asesinado, por lo que Wuemce fue forzada a emigrar a Estados Unidos en 1981. Tenía 19 años y recuerda que vivió en un apartamento con su hermano y otras 25 personas.
No sabía inglés y se dedicó a cuidar niños con un pago de $50 semanales. Luego trabajó en una fábrica de carteras para mujer y se involucró en el servicio de limpieza en oficinas.
Entre cursos y talleres nocturnos logró aprender sobre finanzas. Tomó experiencia en una empresa de un peruano en Estados Unidos; sin embargo, al darse cuenta que varios latinos necesitaban ser orientados en esta área, decidió lanzar su propia empresa de aseguranza en el área financiera y en el 2000 logró inaugurarla en Los Ángeles. Ese mismo año obtuvo la ciudadanía.
«Fue un trabajo de esfuerzo, sacrificio y persistencia. Siempre debemos aspirar a algo más. No es fácil, pero siempre se puede. Si una persona como yo llegué a este país sin saber inglés y sin papeles y he logrado varias cosas, pienso que todos podemos», dijo a «Diario El Salvador».
«Mi lema es educar a la gente sobre cómo deben cuidar y aumentar sus finanzas. Les enseño cómo vivir financieramente solventes y que no lo logramos en cuánto ganamos, sino cómo lo administramos. Yo soy un ejemplo de ello», destacó.
Al superarse en Estados Unidos siendo madre soltera siempre recordó a El Salvador y a su padre que siempre veló por el bienestar de los demás. Al lograr la ciudadanía decidió organizarse con otros 20 salvadoreños, guatemaltecos y mexicanos para enviar cada mes suministros a 115 adultos mayores.
Al principio el donativo era gestionado con la iglesia católica de Tecoluca, pero por la pandemia de la COVID-19 se creó la estrategia de llegar casa por casa para reguardar la vida de los mayores. La dinámica se mantiene este año.