Hace 28 años, un grupo de 10 salvadoreños decidió echar a andar un proyecto que le daría continuidad al trabajo que en los noventa se convertiría en la Fundación Salvadoreña de Apoyo Integral (FUSAI), con el único objetivo «de hacer que los más desprotegidos fueran reintegrados a la sociedad», comenta Luis Castillo, presidente fundador y director corporativo de la entidad sin fines de lucro.
FUSAI tiene como objetivo contribuir a la mejora de la calidad de vida en los asentamientos vulnerables, en situación de pobreza y extrema pobreza, mediante la provisión de servicios básicos, la mejora de las condiciones de saneamiento ambiental, la infraestructura local y la reducción sustantiva del déficit habitacional de El Salvador, según su fundador.
«La creación de FUSAI se dio para darle continuidad a las operaciones de la Asociación Salvadoreña de Apoyo Integral (ASAI), fundada a finales de los ochenta por las Naciones Unidas y finalizada en 1995, con el objetivo de promover la inclusión por medio de empresas que tuvieran un impacto social y económico significativo», recuerda Castillo.
Por ello, los afectados del conflicto armado de El Salvador se convirtieron en el grupo idóneo para darle vida a la labor de la fundación.
Ahora, con casi tres décadas de trabajo continuo, FUSAI ha logrado desarrollar a los sectores más vulnerables del país trabajando con cinco iniciativas, que se detallan en seguida.
CREANDO OPORTUNIDADES
Según el alto ejecutivo, la primera iniciativa es el Fondo Solidario Prohábitat, que funciona a escala nacional, tiene como finalidad fortalecer y desarrollar un fondo financiero y técnico para el mejoramiento del hábitat popular, para que estos sean amigables con el medioambiente, el cual posee un financiamiento de hasta $10,000 para quienes lo solicitan.
La segunda es el Observatorio Mype (micro y pequeñas empresas), implementado en 2020 para visibilizar la problemática de estos negocios, cuyas investigaciones se llevan a cabo con seminarios, talleres y «webinar». Una tercera es el Programa Solidario Comunitario, que se encarga de brindar apoyo y desarrollo a por lo menos 500 comunidades, beneficiando a 10,000 microempresarios, 70 % de los cuales son mujeres.
Este trabajo lo ejecuta una red de voluntarios locales. «El Programa Solidario Comunitario brinda créditos de $400 y se realizan un promedio de 80,000 operaciones de diferentes tipos anualmente entre desembolsos, retiros de efectivo de forma digital y pago de red de proveedores locales de las mypes salvadoreñas», explica Castillo.
La cuarta iniciativa es la Escuela de Negocios. Sus programas proyectan la activación empresarial, «a través del espíritu emprendedor de los empresarios y en la mayoría de los casos estos son por necesidad y eso es lo que hace que sean constantes en su formación para desarrollar sus negocios», dice el fundador de la entidad.
Como quinta iniciativa se encuentra SAC Integral, una sociedad de ahorro y crédito que otorga una variedad de servicios financieros a las mypes, con cobertura en todo el país mediante una red de 26 agencias y más de 300 puntos de recolección de pagos.
Fue creada por FUSAI para ampliar su antiguo programa de créditos con el apoyo de inversionistas nacionales e internacionales. En la actualidad, inyecta $100 millones a las mypes del país y tiene como base 70,000 clientes en ahorro, crédito y remesa.
Posee una cartera de $170 millones y sus activos son de alrededor de $200 millones. La operación de la fundación se lleva a cabo gracias a los excedentes y dividendos que aporta SAC Integral, ingresos del Fondo Prohábitat y donaciones nacionales, además de trabajar con más de 20 instituciones entre ONG, entidades de Gobierno y privadas