El juez federal Emmet Sullivan concedió al Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos (DHS, siglas en inglés) suspender la finalización del Título 42 en la frontera con México por cinco semanas más, lo que implica que la expulsión inmediata de migrantes no se paralizará sino hasta el 21 de diciembre.
El juez aceptó la petición «con gran desagrado», de acuerdo con documentos de la corte. La Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU) -que interpuso la demanda para bloquear el Título 42 que recién había sido concedida ayer- no se opuso a la solicitud de DHS.
Otro factor que influyó, según los expertos en inmigración, es que la administración de Joe Biden abogó por un período más prolongado para lograr una «transición ordenada a las nuevas políticas en la frontera».
«Estados Unidos seguirá aplicando plenamente nuestras leyes de inmigración en nuestra frontera… Pero para ser claros, bajo la moción sin oposición, el Título 42 seguiría en vigor durante algún tiempo. Durante el período de esta congelación, nos prepararemos para una transición ordenada», detalla en un comunicado.
Sullivan dio ayer una noticia que todos esperaban con el levantamiento de la norma sanitaria a la que declaró «arbitraria y caprichosa en violación de la Ley de Procedimiento Administrativo».
Incluso, el gobierno federal la retomó como herramienta para expulsar a las familias venezolanas en la frontera desde octubre. La organización «Venezuelan American Alliance» denunció un trato diferenciado de otros inmigrantes, como los ucranianos.
La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) informó que 185,527 migrantes fueron interceptados en la frontera con México en octubre, un aumento del 1,5% en un mes. La mayoría fueron rechazados por el Título 42, según una publicación de la Agencia Francesa de Prensa.