Más de una decena de Gobiernos latinoamericanos apoyaron ayer a México en su crisis diplomática con Ecuador y denunciaron el asalto de su embajada en Quito por parte de la Policía, calificado de «improcedente».
Ante eso, el Gobierno del presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, condenó «en los términos más firmes» la medida llevada adelante por el Gobierno ecuatoriano.
Por su parte, la cancillería argentina emitió un comunicado en el que «condena» el asalto a la embajada mexicana en Quito, al tiempo que llama a la «plena observancia» de las disposiciones de la Convención sobre Asilo Diplomático de 1954 y de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas.
Además, el presidente de Bolivia, Luis Arce, calificó la incursión como un hecho «grave e inaceptable» que «no tiene precedentes en la historia del derecho internacional».
Asimismo, la presidenta de Honduras, Xiomara Castro, dijo que el asalto a la embajada tuvo por objetivo «secuestrar» a Glas y representa un «acto intolerable» del Gobierno ecuatoriano