Guatemala se enfrenta a un déficit de 214,000 segundas dosis de la vacuna contra la COVID-19, cuando apenas el 24 % de su población meta está completamente vacunado.
A criterio del Laboratorio de Datos, un centro independiente en el país, no hay suficientes fármacos para «todas las personas pendientes de completar el esquema».
De acuerdo con un recuento del Laboratorio de Datos, hasta el 17 de octubre había 2,004,293 dosis disponibles, de las que, si se reservan segundas dosis, se produce el déficit de 214,000 vacunas.
De estas, hay 186,000 dosis de AstraZeneca, 21,000 de Moderna y 7,000 de Pfizer. Las únicas que podrían ampliar la cobertura con primeras dosis son las de Sputnik V, de las cuales hay 676,849 dosis.
El martes, el Gobierno recibió otras 700,000 dosis del primer componente. El presidente de Guatemala, Alejandro Giammattei, aseguró que el país está recargado con los inmunizantes y que lo único que falta son «los brazos» dispuestos para ser inoculados.
Sin embargo, sus declaraciones son opuestas a la realidad, pues incluso las jornadas para menores entre 12 y 17 años fueron suspendidas en la región central, y ese mismo riesgo se presenta para las mujeres embarazadas.
La población ahora depende del cargamento de 2.5 millones de dosis de Pfizer para ser inmunizada.
«Tenemos que recordar que vacunas tenemos, que congeladores tenemos, que personal para vacunar tenemos. Lo que nos falta muchas veces son los brazos de la gente que llegue deseosa de ponerse las dosis», aseguró Giammattei durante una conferencia de prensa el 19 de octubre, mientras recibía el donativo de 402 congeladores para conservar el fármaco.
Pese a la postura del Ejecutivo, dos días antes, Coma admitió que no contaban con los inmunizantes suficientes para desarrollar la vacunación de los menores entre 12 y 17 años con comorbilidades y que «pronto» se reactivarían las jornadas para 2,121,284 niños y adolescentes.
El Ministerio de Salud espera impulsar la campaña masiva con los menores de ese rango de edad una vez arribe el cargamento de Pfizer, un donativo del mecanismo COVAX.
Giammattei criticó el poco acceso a las vacunas y dijo que el sistema COVAX «sigue sin funcionar».
«Postergaron semana tras semana [el donativo], dijeron que llegaría la segunda semana de octubre; ahora, que la primera semana de noviembre», señaló el presidente.
El periódico «Prensa Libre» también publicó que durante la semana algunos centros en la capital de Guatemala suspendieron las jornadas de los menores porque precisamente se agotaron las dosis de vacunas de Pfizer.
Algunas instituciones optaron por continuar las jornadas con la aplicación de vacunas de Moderna.
Esa misma escasez de vacunas de Pfizer y Moderna puede afectar la campaña de las mujeres embarazadas con cuatro meses de gestación, de las que, según la publicación del periódico, solo 22,228 han sido vacunadas contra la enfermedad.
Las mujeres embarazadas son un grupo priorizado en el plan de vacunación de Guatemala y sus jornadas iniciaron en septiembre.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) insiste en priorizar a las mujeres embarazadas y lactantes en la vacunación contra la COVID-19, ya que el riesgo de padecer una forma grave de la enfermedad es mayor para ellas.
La directora del Observatorio en Salud Sexual y Reproductiva (OSAR) de Guatemala, Mirna Montenegro, informó que desde la presencia de la variante delta en el país más mujeres embarazadas han sido contagiadas y que solo este año han fallecido 43.
Los departamentos donde más víctimas se registran son Quetzaltenango, Escuintla y San Marcos.