Álvaro Artiga, uno de los voceros de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA), dijo el lunes que tanto ARENA como el FMLN se han vuelto políticamente irrelevantes, a tal punto que en las próximas elecciones están condenados a tener una mínima representación parlamentaria, de una o dos curules en la Asamblea Legislativa, debido a su escaso respaldo popular.
El fracaso de ARENA y del FMLN, dice, viene dado porque no tuvieron eficacia política. «Se les pasó el tiempo», afirma, porque, aunque el pueblo salvadoreño señaló continuamente que los principales problemas del país eran la delincuencia, las pandillas y la crisis económica, no hicieron nada para resolver ninguna de estas situaciones.
El peligro para ambas agrupaciones —que controlaron el sistema político salvadoreño a través de una aparente rivalidad que generaba una polarización social que obligaba a los ciudadanos a elegir a uno u otro, generando una dinámica destructiva— es que en las elecciones del próximo año su irrelevancia puede ser tal que incluso terminen desapareciendo, perdiendo su registro como partidos políticos.
Es por esta razón que sus dirigencias han realizado desesperados esfuerzos para «unir a toda la oposición» a través de una dupla que enfrente al presidente Nayib Bukele en los próximos comicios.
Estas negociaciones, que eran máxima prioridad para los partidos tradicionales, fueron expuestas por la filtración de la imposición de las candidaturas de Luis Parada (proveniente de ARENA) y de Celia Medrano (con orígenes en el FMLN) como supuesta fórmula de una alianza opositora. Luego de que Julia Évelyn Martínez, una catedrática de la UCA, confirmó las negociaciones y acuerdos, la promotora de tal alianza decidió obligarla a renunciar porque había afectado las pláticas. Cabe recordar que la sociedad ARENA-FMLN le rindió buenos frutos a la UCA a través de subvenciones y contratos que sobrepasaron los $30 millones, por lo que ello explica su interés para volver a gozar de estos recursos.
El principal obstáculo para que los millones del Estado salvadoreño regresen a la UCA es el presidente Bukele, cuyo Gobierno eliminó el financiamiento de ONG, fundaciones y grupos de fachada de los partidos políticos, así como también combatió frontalmente a las pandillas, devolviendo la paz y la tranquilidad al pueblo salvadoreño.
Artiga puede estar tranquilo, porque sus declaraciones contra ARENA-FMLN buscan potenciar la viabilidad de la cacareada alianza opositora como instrumento para regresar al poder, ahora acompañando a un grupo de partidos escindidos de la derecha y de la mano de la «sociedad civil».
Al menos estos son los cálculos. Pero no cuentan con que los salvadoreños ya no quieren saber nada no solo de ARENA y del FMLN, sino de toda la vieja clase política y sus aliados. Todos son irrelevantes.