Una faceta casi sorprendente de la economía de El Salvador se percibe a través del informe «El estado de la mype 2023: la otra cara de la economía», publicado por el Observatorio Mype de FUSAI en colaboración con CA5 Consultores Internacionales. De este informe se desprende que la población activa salvadoreña se divide en cuatro segmentos: casi un millón de trabajadores formales (968,343 para ser exactos), aproximadamente un millón de trabajadores informales (empleados de mypes), 867,393 empresarios mypes y unas 4,000 empresas medianas o grandes.
Esta clasificación nos muestra una perspectiva poco conocida de la economía del país. En El Salvador habría 2 millones de personas empleadas, entre trabajadores formales e informales, y un millón de empresarios mypes, que representan el 99 % de las empresas del país. En promedio, el número de empleos por empresario es apenas de solo dos, independientemente de su tamaño, lo que refleja un sector empresarial muy atomizado y disperso, y concentrado por otro lado.
Los asalariados informales son aquellos que colaboran como ayudantes a tiempo parcial o completo en las empresas mypes no formales. Aunque su importancia en número es similar a la de los trabajadores formales, estos empleados tienen horarios y salarios más flexibles y no tienen acceso al Seguro Social, por lo que usan el sistema de salud público.
En cuanto a los empresarios mypes, hay alrededor de un millón de unidades productivas. De ellas, el 40 % son empresarios de subsistencia (409,166), cuyos ingresos están destinados a cubrir necesidades básicas como la alimentación. Este grupo incluye a vendedores informales, comerciantes, artesanos y pequeños agricultores, y un sinfín de actividades variadas empresariales micro. El 46 % restante (458,226) corresponde a empresas de acumulación simple, ampliada y pequeños empresarios. Este sector es el más dinámico y genera hasta 2.3 empleos por unidad productiva, más que el promedio nacional. Aunque en su mayoría son informales, cada vez más empresas de este grupo están formalizándose. Por último, solo el 1 % de las empresas son medianas o grandes y generan la mayoría de los empleos formales del país (800,000 empleos y 200,000 el sector público).
Estas observaciones preliminares permiten sacar algunas conclusiones y oportunidades para la economía de El Salvador:
- No es posible dinamizar la economia de hoy si no se entiende mejor la dinámica de la mype, que es la base actual de la generación de empleos en el país (70 %). La dinámica es el motor del empleo nacional.
- El sector mype tiene un potencial de generar el doble de empleos que el sector formal. Con el apoyo adecuado, como formación, asistencia técnica, capacitación y financiamiento efectivo, se pueden crear muchos más empleos de calidad.
- El sector mype es diverso y complejo. Se necesitan estrategias enfocadas en cada segmento para brindar un apoyo integral que cubran las necesidades de cada sector y tamaño de empresario.
En resumen, El Salvador es un país donde las mypes desempeñan un papel crucial en la economía. Estas pequeñas empresas no solo contribuyen al crecimiento económico, sino que también generan la mayoría de los empleos y dinamismo en el mercado. El sector mype tiene el mayor potencial de impulsar aún más la economía y mejorar la calidad de vida de los salvadoreños.