La oportunidad de representar a un país en un certamen de belleza es algo muy gratificante, pero también exige mucha preparación. En El Salvador, la delegada nacional de belleza es Isabella García-Manzo, quien desde su coronación como Miss El Salvador 2023 ha puesto su empeño para convertirse en una digna representante para el certamen internacional. Esta ardua tarea no la ha realizado sola, sino que cuenta con el apoyo de Magali Febles, empresaria y entrenadora dominicana de reinas de belleza.
Febles visitó el país en mayo pasado ya que fue la encargada de entrenar a las aspirantes a Miss El Salvador. Desde ese momento se dio a conocer que también sería quien iba a ensayar a la reina electa con miras a Miss Universo.
En una entrevista exclusiva brindada a «Diario El Salvador», la empresaria compartió detalles de cómo se prepara la representante salvadoreña, sobre todo las posibilidades de que sea una de las cinco finalistas del concurso. Febles, incluso, confía en que Isabella «puede avanzar más».
¿Cómo se está preparando Miss El Salvador?
En el caso de Isabella está preparada para enfrentarse a todos los retos. Ha demostrado que no hay límites. Y aquí, el comité, quiere que la candidata sea una buena representante, y yo lo he hecho con mucho amor, con mucha entrega. Primero, por la simpatía que he desarrollado hacia el presidente, por él fue que acepté el trabajo. Segundo, luego de conocer el país y conocerlos a ustedes, conocer su cultura, me han ganado, porque ustedes tienen una vocera donde sea que esté. Yo no digo que este país es un pulgarcito, yo digo que este país es una joya, es la joya de Centroamérica. Es un país lindo, con buena vibra, con buena energía, con un clima agradable. Un país lleno de verde, es un país ecoturístico que a los turistas les va a encantar.
¿Entiendo que Isabella tenía el deseo de participar en el evento de Miss Universo?
Desde pequeña tuvo una inquietud personal de ser reina porque en su familia hay cinco reinas, su mamá lo fue. Entonces, ella creció en ese ambiente y cuando se enteró que El Salvador iba a ser la sede dijo que le gustaría participar e hizo el cástin.
Era tanto su deseo de participar que la entrevistamos por videollamada un viernes y el domingo ya estaba aquí en el país. Ella viajó desde España (donde se encuentra estudiando). Llamó mucho la atención a los jueces, aunque se sabía que no tenía experiencia, pero sí su deseo de participar.
Se le preguntaba que si le tocara viajar o hacer otras actividades estuviera de acuerdo en realizarlas, ella respondía: “lo que sea que ustedes quieran hacer conmigo, yo estoy aquí. Si soy seleccionada, sé la responsabilidad que tengo”. También dijo que investigó quién era yo y cómo era. A todas las chicas se les decía que la que ganara Miss El Salvador yo la iba entrenar.
Desde la coronación son notarios los cambios en ella.
Isabella, ahora mismo, está en los ojos del mundo. Todo el mundo la está viendo, está hablando de ella, de lo linda, de lo simpática, de lo agradable, de lo que es como persona, una muchacha fina, sin ser una niña millonaria.
Tuve la dicha de que ella saliera electa porque me ha facilitado el trabajo. No es fácil cambiar costumbres o la forma de la vestimenta, a ella le gustaba andar con pantalones anchos y con tenis, ahora ya no puede (ríe); pero ahora ella es la que ama verse diferente. Me pregunta si podemos hacer algo distinto. Ya desarrolló esa forma diferente de vestirse diariamente.
El año pasado entrenó a Andreína Martínez que fue segunda finalista en Miss Universo.
Sí, segunda finalista luego de pasar por «bullyng» exactamente igual que Isabella. Hay que dejar espacio a las candidatas para que puedan desarrollarse, que pueda crecer. Lógicamente todos los países quieren ganar y aquí las candidatas se han preparado bien.
¿Existe posibilidad de ver a Isabella entre las 10 semifinalistas?
Nosotros hemos trabajado para lograr eso, pero no lo puedo garantizar, aunque Isabella tiene todas las condiciones para avanzar más.
¿Para estar en las cinco?
De verdad te lo digo, yo mismo me erizo porque yo tengo a Dominicana también.
No veo el concurso con la pasión que lo ven otras personas, yo lo veo como un trabajo, y ellas tienen dos personalidades (Miss El Salvador y Miss República Dominicana), son simpáticas las dos, pero muy diferentes y dos estilos de cuerpo, de gustos distintos. No son gemelas, entonces, yo no las visto iguales y lo que hay que hacer cuando tú eres director es diferenciarlas.
¿Le ha sido difícil entrenar a dos participantes?
Yo, al igual que Isabella ha sacrificado su tiempo, he sacrificado el mío y doblemente porque he tenido que hacer el entrenamiento también de República Dominicana. Ella viene de ser modelo y es más difícil quitarle las costumbres a una modelo que a una candidata que nunca ha participado. Las modelos se acostumbran a caminar de una manera para mostrar el vestido; pero cuando tú compites en un concurso de belleza tú tienes que saber caminar, hacer el «performance», hacer tu «show», presentar tu ropa, pero no es tu ropa la que están evaluando, es cómo te proyectas.
Para ser miss, no necesariamente tiene que ser bonita. Lo que necesita es tener estatura, buena figura, tiene que saber caminar, captar la atención de la gente, tiene que saber contestar, las modelos no hablan. Hay que contestar preguntas y tiene que contestar convincentemente, además tiene que contestarla con simpatía y estar pendiente a la presión que le van a hacer porque los representantes de otros países empiezan a hacer barras para que ella no conteste bien, tratan de intimidar para que la candidata que tú quieres se equivoque o pase algo, y gane la de ellos.
¿Cómo decide trabajar con Miss El Salvador?
Cuando me llamaron para colaborar con la representante de El Salvador, estaba con mucho trabajo, pero lo acepté porque soy fanática del presidente Nayib Bukele. La gente que no conoce mi trayectoria dirá que es porque me llamaron, pero le enseñé al comité que era admiradora del presidente desde antes de la pandemia.
Acepté el trabajo realmente por él, no fue por el concurso ni por negocios. Siempre le digo a la gente y lo he puesto en mis redes sociales que ojalá que todos los países tengan un presidente como lo tienen ustedes.
¿Cómo nace la admiración por el presidente?
Amo la visión del presidente Nayib Bukele. Es un presidente líder que no le tiene miedo a lo que digan, que sabe el valor agregado, que estudia la conveniencia para destacar su país. No le importa la crítica de los opositores que siempre habrá, pero puso a su país en el ojo mundial con «Miss Universe».
Amo su equipo de trabajo, la forma aterrizada de su persona y lo trabajador que es, su entrega, su humildad y amo la oportunidad que dé a su nación de abrirse al mundo. Se le ve el hambre de que su país sea uno de los mejores países. No tengo dudas que «Miss Universe» será uno de los mejores de la historia en El Salvador.