Israel se encuentra en alerta después de que Irán amenazara con represalias por el bombardeo de la semana pasada a su consulado en Siria, mientras se eternizan las negociaciones para obtener una nueva tregua en Gaza.
En los últimos días, Israel fortaleció su defensa antiaérea y suspendió los permisos de descanso de las unidades de combate desplegadas desde el inicio de la guerra en Gaza contra el grupo terrorista Hamás.
Estados Unidos avisó del peligro de un ataque iraní o de sus grupos afines en Oriente Medio (Irak, Siria, Líbano, Yemen), en respuesta al bombardeo contra el consulado de Teherán en Damasco, en el que fallecieron siete miembros de los Guardianes de la Revolución, dos de ellos generales, el 1º de abril.
El miércoles, el guía supremo iraní, el ayatolá Alí Jamenei, volvió a amenazar públicamente a Israel, afirmando que «será castigado». Esta no es la primera advertencia de Irán hacia Israel.
El canciller israelí, Israel Katz, respondió rápidamente diciendo que «si Irán ataca desde su territorio, Israel responderá y atacará a Irán».
Rusia y Alemania pidieron ayer «moderación» para evitar una escalada en Oriente Medio.
Allí, grupos proiraníes llevan a cabo atentados contra objetivos israelíes y estadounidenses en apoyo de Hamás.
Israel, por su parte, intensificó sus ataques en Siria, donde atacó a grupos proiraníes como el Hezbolá libanés y objetivos militares iraníes.
«Estamos en medio de una guerra en Gaza, que continúa a toda velocidad (…) pero también nos preparamos para afrontar desafíos en otros escenarios», dijo el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu. «Estamos listos tanto para la defensa como para el ataque», agregó.