«En los carnavales tomábamos bonitas imágenes, pero la gente en el exterior nos decía: todo esta bonito, pero ese adoquinado ya no sirve. Porque no se podía bailar en tacones», esa era la queja que recibía la alcaldesa Eloyda Claros, de Villa El Rosario, en Morazán, debido al abandono en que su administración heredó las calles de toda el área urbana de la localidad.

Sin embargo, esa incomodidad de quienes residen dentro y fuera del municipio, por las malas condiciones de las vías urbanas, ha sido resuelta por la Dirección de Obras Municipales (DOM), que se encargó de renovar todas calles aledañas a la plaza pública y en los alrededores del templo católico, las cuales databan de hace más de 30 años.
«Se contaba con un adoquín deteriorado, fisurado y en muchas partes con hundimiento, una situación que todos y cada uno de ustedes han sufrido por mucho tiempo. Contempla la nivelación del subsuelo granular, la instalación de un adoquín nuevo, el adicionamiento de una capa de hormigón de 15 centímetros de espesor, una capa de arena de 5 centímetros y todo es una que les traemos a ustedes», afirmó Diego Martínez, representante de la DOM.
A pesar de los retrasos que hubo por las condiciones climáticas que obstaculizó los trabajos en estos proyectos, la institución entregó siete tramos de calle finalizados, los cuales suman alrededor de 800 metros de adoquinado, y que beneficiará a más de 1,000 habitantes.

Los habitantes de El Rosario, no olvidan las palabras del presidente Nayib Bukele, quien al iniciar su mandato se comprometió en que su gobierno llegaría hasta los lugares más alejados y olvidados de Morazán, y entre los que históricamente figuró este poblado, al que ayer se le hizo entrega de todas sus calles nuevas y los rosalinos lo toman como una señal que se les está cumpliendo con lo que un día se les prometió.

«En representación de todos los que usamos la calle queremos agradecer este trabajo, y me alegra mucho que se haya hecho una obra que realmente valga la pena, porque ahora ya vamos a poder ir caminando y viendo el celular sin miedo a tropezarnos por algún adoquín salido», expresó Raúl García, uno de los habitantes beneficiados.
Además de este proyecto, la comuna rosalina también ha gestionado la construcción de la calle que conecta los cantones La Laguna y Ojo de Agua hasta los límites con el municipio de Meanguera. Además, el mejoramiento del sistema de agua potable en la colonia Vista al Río, y mejoras a la zona conocida como El Mirador y la Plaza Pública.