El maestro Jorge González Moore expresó: «El rencor es la sumatoria de la frustración humana». La frustración sin duda nace de una diferencia entre el ideal y la realidad. Ciertamente, la vida es compleja, pues las personas la vuelven así, y más aún la vuelven injusta; de ahí que la frustración se ha vuelto la raíz de grandes males nacidos de la maldad del ser humano inconcluso.
Así pues, conocer la causa, el detonante y el efecto de toda frustración es fundamental para comprender esta categoría tan arraigada en la humanidad, por su aplicación tan virulenta a lo largo de la historia misma. Todos de una u otra forma han sufrido una o varias frustraciones, lo cual implica una insatisfacción fuera del control personal y, por tal, tan difícil de aceptar e intervenir.
Pero es necesario analizar en profundidad esa situación adversa; cuando lo que se espera no se cumple entra una desilusión, y cuando la desilusión se vuelve continua entonces nace la frustración. Es decir, no poder controlar en la vida algo por estar fuera del alcance de acción, y de ahí nace la gran frustración y todos los efectos que vienen de ella: el dolor, la ira, la ausencia, el descontrol y, ante todo, la depresión.
Por tanto, liberarse de sus ataduras ha de ser fundamental para quien quiere vivir en paz y sabiamente, pero es más fácil decirlo que hacerlo, por supuesto; sin embargo, se espera que, con este escrito, con estas breves y sencillas palabras expuestas, algo pueda el apreciado lector ayudarse, o como mínimo empezar a dilucidar esa realidad que debe ser desmontada de la existencia humana y social.
De tal manera que hay que tomar las cosas como son y de quien vienen; si algo viene de una persona que no amerita, ¿qué sentido tiene entonces el sufrimiento? Y si viene de alguien que sí amerita, entonces se considera, se mejora y para adelante; pero no estancarse en el sinsabor de la amargura o decepción innecesaria que al final no permite el crecimiento serio y la vida plena e intensa.
Ya lo decía la escritora J. K. Rowling: «Estoy muy frustrada por el miedo a la imaginación, no creo que sea saludable». Es irónicamente insalubre temer a algo que no es real y que, aunque lo fuera, no es real en el interior del ser y, por tal, en la vida de cada ente. ¿Acaso no se logra visualizar? La frustración nace de no aceptar la realidad y, ante todo, de no soltar el mal recibido y aprender de él.
Pues bien, es como cuando la persona que quieres, sea quien sea, te dice que te quiere, pero nunca tiene tiempo, pues pasa muy ocupada; mire, téngalo claro, todo es cuestión de prioridades, quien es organizado lo hace conforme a sus prioridades y si no hay tiempo para usted es porque usted no es de sus prioridades. Esto dicho puede doler, pero es preferible un dolor pasajero ante la verdad que un dolor alargado con la mentira.
Incluso si se considera que la gente es muy mala, esa postura podría ser cierta, pero al final nada se logra con creerlo, la gente que daña lo seguirá haciendo y seguramente no tendrán repercusiones, pues esta sociedad está diseñada para ese tipo de personas («altamente eficaces»). Entonces, diría alguien: qué injusticia; pues sí, lo es, pero ese es el mundo en el que se vive y en el que hay que aprender a caminar.
Por ende, lo más sano psicológicamente y espiritualmente es aceptar esa realidad y darle el espacio y el lugar que merece o amerita, es decir, no ennoblece nada y, por tal, es más fácil soltar esa discrepancia y no volverla frustración, pues no vale la pena y no vale nada para el ser interno del dolido. ¿Comprende esto? Es básico entenderlo para poder liberarse de la frustración y la ira continua.
De tal modo, querido lector, que comprenda cuatro cosas básicas que facilitan la vida: 1. Las cosas se toman de quien vienen, es decir, así su importancia. 2. Se suelta a las personas que no han vuelto prioridad su vida. 3. La frustración es importante por lo que se aprende, pero no es prioritaria. 4. Aprenda a vivir soltando y empezando cada día; cada día con su afán, como dijo el maestro Jesús. Solo aceptando lo que es, dándole el lugar que amerita y aprendiendo de la injusticia es como se puede crecer y ser mejor ser humano.