La urbanización Majucla, situada en el municipio de Cuscatancingo, fue por años una de las colonias más asediadas por estructuras de pandillas que mantenían en zozobra a lugareños, comerciantes, repartidores de productos para tiendas, taxistas y toda persona ajena que ingresaba a dicha localidad.
Desde que fue implementado el régimen de excepción las fuerzas del orden tomaron control de esta localidad, al punto de desarticular estructuras de la MS y poner tras las rejas a cabecillas y sus colaboradores.
Recientemente «Diario El Salvador» efectuó una visita sorpresa a dicha colonia donde se constató que la Policía no ha bajado la intensidad de los patrullajes para garantizar la tranquilidad de la población y dar con el paradero de los criminales que pretenden ocultarse de los operativos.
Este medio consultó a los residentes, si la actual estrategia de seguridad gubernamental les ha devuelto la tan anhelada paz que por años no tuvieron con los gobiernos de ARENA y el FMLN que se caracterizaron por mostrar una actitud pasiva con los mareros, pactar con ellos y concederles todo tipo de beneficio a cambio de beneficios electorales.
«Sí, ha mejorado la seguridad; hoy la gente puede salir de noche con la tranquilidad de que no pasa nada. Siempre hay policías patrullando», relató una lugareña.
La Majucla es una pequeña localidad fácil de recorrer, en vehículo es cuestión de 10 a 15 minutos [a pie un poco más]. A medida que se avanza, su calle principal describe una Z, se ingresa por la calle antigua a Mariona y finaliza en el punto de buses de la ruta 6 ubicado en un predio junto a la carretera de Oro.
Hasta hace unos años, enormes graffitis alusivos a la pandilla MS tapizaban las paredes de algunas viviendas; las señales advertían sobre la presencia de mareros. Lugareños aseguran que extraños al lugar no podían ingresar, pues hacerlo era considerado una «locura».
«Hubo mucha gente que pasó por esa situación, los bichos (mareros) tenían la costumbre de rodear y preguntar (al desconocido) de dónde era y qué andaba haciendo», recuerda un poblador.
Con la recuperación de los territorios, una cuadrilla de reos en fase de confianza del programa Cero Ocio que implementa la Dirección General de Centros Penales borró grafitis de pandillas del muro externo de la Escuela Municipal Majucla, cuya comunidad educativa realizó en marzo pasado un festival cultural y de entrenamiento que se desarrolló bajo un clima de tranquilidad.
Gracias a la oportuna intervención de la Policía Nacional Civil (PNC) y del Ejército la mayoría de mareros ya están presos a la espera de una sentencia por crímenes cometidos, cuyas condenas deberán pagar en los calabozos del Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot).
CONVIVENCIA PACÍFICA TAMBIÉN BENEFICIA A VILLA MARIONA
El resultado de estas acciones se tradujo en libertad de circulación, reactivación de la economía local y un clima de seguridad donde se desarrolla una convivencia pacífica.
«Usted puede ver cómo entran y salen los repartidores de pizza y pollo; hoy también se puede ver el ingreso de taxis y empresas que ofrecen servicio de telefonía y ferretería», manifestó un comerciante.
Este ambiente de paz también ha beneficiado a los pobladores de la urbanización Villa Mariona, ubicada a la entrada de la Majucla. Ambas colonias comparten la misma ruta de transporte, la calle principal y en algunos casos los vecinos tienen en común que se congregan en las mismas iglesias y centros educativos.
Sobre este último aspecto, padres de familia aseguran sentirse más tranquilos enviando a sus hijos a las escuelas y canchas locales, pues han notado nula presencia de mareros.
«Hay más confianza porque vemos que la Policía anda en la zona», afirmó una madre de familia.
REDUCCIÓN DE LA DESERCIÓN ESCOLAR
Según registros oficiales, solo en el Complejo Educativo Villa Mariona el número de estudiantes matriculados se ha mantenido arriba de los 1,000 alumnos en los últimos años; pasando de una matrícula de 1,060 el año pasado a 1,107 este año, de estudiantes que cursan desde parvularia hasta bachillerato.
Gracias al clima de seguridad se eliminó la deserción escolar provocada por el merodeo de los grupos terroristas que años anteriores, según las autoridades, fue de 50 a 70 estudiantes.
Aunado a las actuales condiciones, la entrega de tabletas electrónicas y computadoras por parte del Gobierno ha motivado a los padres de familia a que sus hijos continúen con su formación académica.
Con la captura de pandilleros también se redujo el ofrecimiento de droga que estos delincuentes hacían a los jóvenes. De ahí que los ciudadanos avalan la continuidad de estas acciones que han sido replicadas en colonias cercanas como la Villa Hermosa y Ciudad Futura.