La nueva realidad en el mundo y, por ende, en nuestro país significa un entorno tecnológico, un escenario con nuevas plataformas de comunicación digital, nuevas herramientas, descubrimientos, grandes avances. El presente nos relaciona directamente con el teléfono móvil, internet, redes sociales, inteligencia artificial, elementos que apuntan a beneficios para la humanidad, pero, como suele suceder, también tienen un lado obscuro.
El ciberespacio también ha abierto un camino para los delincuentes, y los salvadoreños son sus víctimas desde hace mucho tiempo. Pese a que tenemos internet y avances en ese campo desde hace muchos años y convivimos con los cibercriminales, no se habían tomado medidas adecuadas para combatirlos.
Gobiernos y diputados anteriores pasaron de lado este flagelo. No legislaron de forma adecuada, no proveyeron los recursos adecuados para las instituciones encargadas de las investigaciones y de enfrentar la delincuencia, por lo que se convirtieron en cómplices de los ataques a los ciudadanos. Ahora, por mi iniciativa, hemos tomado la palabra, y desde el primer día que nos sentamos en la comisión de seguridad pública y combate a la narcoactividad hemos trabajado en una serie de normas que protejan a la población.
Así, luego de una serie de consultas con expertos, un largo proceso de discusión y análisis, comparaciones de normativas en otras naciones y tratados internacionales, le dimos forma a una serie de reformas de las leyes. En una primera etapa se aprobaron cambios en la Ley Especial contra Delitos Informáticos y Conexos.
En ese impulso normativo aumentamos las penas en delitos graves como seducción de menores, divulgación no autorizada de contenidos privados, estafa informática, hurto de identidad y una diversidad de ilícitos de la nueva realidad que vivimos con el crimen.
Continuamos el trabajo. Recientemente, el pleno legislativo, luego de nuestra iniciativa como partido Nuevas Ideas y comisión de seguridad, aprobó importantes reformas al Código Procesal Penal, las cuales significan nuevas herramientas para combatir de forma eficiente a los delincuentes del mundo digital.
Durante 2021 hubo más de 8,000 denuncias relacionadas con delitos informáticos. Hay muchos delitos y nuestras autoridades, por falta de leyes adecuadas y recursos tecnológicos, no han podido enfrentarlos aun sabiendo que allí, detrás de una pantalla, código o correo falso, también se esconden pedófilos, traficantes de personas, venta ilegal de armas y drogas, y transacciones de lavado de dinero.
Ahora debemos llegar también hasta la que se conoce como web profunda y oscura, para proteger a la población que cada día es víctima, sobre todo a niños y adolescentes.
Como es costumbre, la oposición y una serie de medios de comunicación que se dedican a ser destructivos han intentado confundir a la población y señalar un peligro de espionaje por el denominado agente digital encubierto, pero se olvidan, intencionalmente, de informar que es una figura que ya existe y es utilizada en el mundo como una de las mejores herramientas de investigación. No es de extrañarnos esa actitud.
Pero prefiero centrarme en la verdad y en los alcances de esta nueva legislación, que atiende las preocupaciones de nuestra sociedad, ya que así aportaremos para un mejor El Salvador.