Las víctimas, hombres originarios de África, Asia y Sudamérica, fueron llevados a instituciones «bajo la protección del Estado», precisó la misma fuente.
Dos portugueses y cinco empresas fueron acusadas en el marco de esta operación, bautizada ‘El Dorado’, en la que se incautaron «varios pasaportes y visados».
Según los medios locales, las víctimas eran secuestradas en los locales de la academia de fútbol Bsports, en Riba de Ave, cerca de Vila Nova de Famalicao (norte).
Los jugadores ofrecerán su testimonio ante un juez antes de regresar a sus países de origen.
Una de las dos personas imputadas fue identificada por los medios. Se trata de Mario Costa, uno de los responsables de la academia Bsports y presidente de la asamblea general de la liga de fútbol portugués, puesto del que dimitió el miércoles afirmando no haber cometido ninguna ilegalidad.
El fichaje ilegal de futbolistas es «inaceptable y chocante», señaló el secretario de Estado de la Juventud y el Deporte, Joao Paulo Correia, asegurando que el gobierno iba «a tomar medidas» para luchar contra el tráfico de seres humanos.