Ser diagnosticada con cáncer de seno, sin duda, es una de las situaciones más difíciles por las que una mujer puede pasar. Además del desgaste físico y psicológico al que se ven sometidas las pacientes con esta enfermedad, también deben enfrentar la posibilidad de que uno o sus dos senos sean extirpados, ya sea de manera parcial o total.
Esta cirugía, llamada mastectomía, que se hace como medida preventiva frente al cáncer o como parte del tratamiento, significa en muchas ocasiones la única opción ante la agresividad de esta enfermedad, lo que obliga a quienes la padecen a despojarse de un símbolo de femineidad y seguridad.
Las consecuencias a nivel psicológico tras una mastectomía repercuten de manera drástica en la autoimagen de la mujer, puesto que física y visualmente constituye una deformidad importante en el cuerpo.
Sin embargo, no todo está perdido, ya que en la actualidad existen opciones para quienes desean solucionar esta condición, como es el caso de la reconstrucción mamaria, una opción segura y recomendada para las mujeres que padecen o han padecido cáncer de seno.
Según el cirujano plástico Mauricio Guerrero, presidente de la Sociedad de Cirugía Plástica Estética y Reconstructiva de El Salvador, la reconstrucción mamaria se basa en un proceso que busca restaurar el volumen, la forma y la simetría de la mama, devolviendo en la mujer la sensación de bienestar y la calidad de vida con la mayor normalidad posible.
La cirugía puede llevarse a cabo en el mismo momento que se hace la mastectomía (reconstrucción mamaria inmediata), o bien puede realizarse posteriormente, en una segunda operación (reconstrucción mamaria diferida).
La instancia en la cual se concretará el proceso es acordada entre el equipo médico tratante y la paciente. «Según el tipo de tumor, tamaño o estadio del cáncer, la operación puede ser inmediata o posteriormente.
Lo indicado es hablar con el cirujano oncólogo o el mastólogo que va a planificar la cirugía para acordar hasta qué punto va a abordar él, así como también explicarle sobre la estructura que se necesita que se conserve para reconstruir la mama, ya sea en el momento o después», explica el especialista.
Guerrero detalla que existen varias técnicas para reconstruir el seno afectado; por ejemplo, la utilización de un implante mamario, el empleo de tejidos de otra parte del cuerpo o la combinación de ambos. Opciones que son consideradas dependiendo de cada paciente.
La reconstrucción con implantes es la técnica más simple cuando la piel es suficiente, conserva la elasticidad y cuando el músculo pectoral mayor está intacto. Consiste en colocar primero bajo el músculo un implante siliconado vacío con un mecanismo valvular, conocido como expansor, el cual permite ir llenándolo gradualmente con solución salina hasta lograr el espacio necesario para colocar una prótesis mamaria de silicona definitiva.
En el caso de la reconstrucción mamaria con tejidos de otra parte del cuerpo, se considera más compleja y con un tiempo postoperatorio de mayor duración. En algunos casos, luego de una mastectomía, la piel restante puede no ser suficiente como para cubrir adecuadamente un implante, por lo que es recomendable esta opción.
«En el caso de la reconstrucción por implantes, lo realizo en dos tiempos, de manera que la reconstrucción no sea tan agresiva y resulte exitosa. Pero también existe la otra técnica con tejidos que se pueden extraer del músculo de la espalda o del tejido existente debajo del ombligo. Esa reconstrucción también es muy bonita. Es tejido propio de la paciente», comenta.