Que un turista no pudiera caminar tranquilo por las calles de El Salvador, que un ciudadano no emprendiera por temor a ser extorsionado por las pandillas o que un joven no visitara a su familia porque vivía en zona «contraria» de bandas delictivas eran situaciones comunes que se vivían en el país.
Sin embargo, El Salvador avanza a pasos de gigante, ya que pasó de ser el país más violento del mundo a ser el más seguro de Latinoamérica gracias a las medidas de seguridad implementadas por el Gobierno de Nayib Bukele desde junio de 2019, estrategias que permitieron una drástica reducción de la violencia. Este logro se ha convertido en noticia mundial y en el modelo que algunos países quieren implementar, y ha permitido que en cuatro años de gestión diversos sectores como el turismo, la educación y la economía se hayan potenciado.
Antonio Vásquez, por ejemplo, es un salvadoreño que migró hacia Estados Unidos hace 20 años, y jamás pensó en hacer planes para regresar a su país y mucho menos por turismo; sin embargo, dice que está admirado por la buena imagen que tiene ahora El Salvador, por lo que ya tiene comprado su boleto de avión para venir próximamente a disfrutar el buen ambiente que se vive.
«Desde que migré jamás pensé en volver, ni por turismo. Veía en las noticias que todos los días había homicidios, que robaban y muchas cosas más. Sin embargo, admiro la gestión del presidente Bukele, y en junio estaré por allá», dice con regocijo el salvadoreño.
Así como Antonio hay muchos compatriotas y extranjeros que han decidido visitar el país luego de que las autoridades y los mismos habitantes manifestaron que la violencia en el país fue frenada desde que se puso en marcha el Plan Control Territorial y el régimen de excepción.
La ministra de Turismo, Morena Valdez, ha destacado en reiteradas ocasiones que El Salvador se ha visto influido positivamente en el turismo por las estrategias de seguridad impulsadas, que han permitido desarticular a las pandillas en más del 70 %.
«Nos están visitando más extranjeros, con más poder adquisitivo y que se quedan por más tiempo. El tema de seguridad es trascendental para el turismo. No puede haber turismo si no tenemos seguridad, salud, educación y buena conectividad vial», ha dicho la funcionaria.
Incluso, en 2022 se recuperaron las cifras de turismo, las cuales se habían desplomado en 2020 a escala mundial por la pandemia de la COVID-19. Además, el año pasado, El Salvador recibió a 2.5 millones de turistas, lo que superó las estadísticas de 2019, cuando hubo 1.7 millones de turistas de diferentes países.
Estas visitas permiten crecimiento, bienestar económico y social de comunidades donde hay mayor desarrollo turístico.
En crecimiento
El clima de seguridad también ha permitido que la economía en El Salvador mejore. Recientemente, el Banco Centroamericano de Integración Económica informó que dicha mejoría da confianza para generar más inversiones en el país. «El Salvador va despuntando en el tema de seguridad, y las políticas antievasión del Ministerio de Hacienda también permiten invertir más porque generan confianza», destacó el vocero del BCIE, Luis Rodríguez.

También la calificadora de riesgo Moody’s destacó para Bloomberg a inicios de este año que había evidencia significativa de reducción del crimen y de la extorsión en El Salvador, que eran un freno importante para el desarrollo económico.
Estudiantes se desarrollan en mejores ambientes
Los exitosos resultados en seguridad garantizaron que más estudiantes llegaran a las escuelas este año, debido a que no deben preocuparse por los límites territoriales que existían antes y que impedían asistir a clases.
«En los centros educativos [las maras] amenazaban y pedían renta a los maestros, ya que la escuela no escapaba del flagelo de las pandillas. El régimen y el Plan Control Territorial han apoyado la libertad de los estudiantes. En zonas como Soyapango los estudiantes no podían ir a la escuela que tenían cerca por los límites territoriales. Ahora las escuelas pueden compartir intramuros entre escuelas. Ahora puede haber un intercambio deportivo sin la preocupación de que tienen que ir a otra zona de peligro», explicó el ministro de Educación, Mauricio Pineda.
Por ejemplo, este año, la matricula en Soyapango, municipio donde antes las maras mataban a diario, incrementó en 17 %.

El funcionario explicó que habían identificado que estudiantes no podían asistir a la escuela más cercana porque se encontraba en una zona de pandilla contraria, por lo cual se trasladaban a centros educativos más lejanos, lo que implicaba un costo mayor para la familia. Esta situación también provocaba deserción escolar.
El Gobierno del presidente Bukele, a través del Gabinete de Seguridad, ha logrado tomar el control de sectores donde antes dominaban las pandillas, las cuales llegaron a cometer hasta 30 homicidios diarios a escala nacional. Hasta el momento, la actual gestión ha logrado que la tasa anual de homicidios disminuyera de más de 38 en 2018 a 7.6 homicidios por cada 100,000 habitantes en 2022.
Tomar el control de territorios también ha permitido que las familias vivan y se desplacen con tranquilidad en sus colonias y en municipios. Entre las acciones que han tenido más éxito están los cercos de seguridad, que acorralaron a todos los pandilleros, dejándolos sin escapatoria.
Lo anterior ayudó a que las autoridades recuperaran más de 6,000 viviendas que habían sido usurpadas por las maras. Recientemente, la ministra de Vivienda, Michelle Sol, informó que el Fondo Social para la Vivienda (FSV) logró recuperar y escriturar 5,000 inmuebles gracias al régimen de excepción.
«Esto jamás se habría dado sin que tuviéramos el Plan Control Territorial, que se vino a engrandecer con el régimen de excepción. Cuando llegamos al Gobierno había un promedio de 6,000 activos totalmente tirados a pérdida. Estas viviendas eran negocio de los delincuentes», afirmó.

Funcionarios del Gabinete de Seguridad han reiterado que seguirán luchando por erradicar el «cáncer» que ha dañado tanto a la sociedad: las pandillas. Han manifestado, además, que no pondrán fin hasta lograr que el último pandillero sea capturado, y sobre los que ya están en prisión aseguran que no permitirán que vuelvan a salir.
«Las estructuras terroristas que por años mantuvieron sometida a nuestra población salvadoreña nunca esperaron que un Estado firme y contundente podría desarticular y eliminar este cáncer de la sociedad. Lo hemos dicho muy claro: ni los terroristas ni los rateros tienen cabida en nuestra sociedad. Tenemos toda la fuerza de un Estado que tiene el control del territorio para combatirlos. No pararemos», ha dicho el ministro de Seguridad.