Grave. Así está catalogado por psiquiatras el impacto que el consumo de sustancias psicoactivas produce en la salud mental y en el organismo de las personas que las consumen, independientemente de la naturaleza de estas.
«Los daños a la salud mental que pueden producir las sustancias son graves. Estas pueden venir secundarias a una condición psiquiátrica, o así también el consumo de sustancias sin una condición psiquiátrica de base puede llevar a desarrollar un trastorno mental», dijo el psiquiatra de Fosalud Óscar González.
De acuerdo con el médico, la condición de salud de una persona se ve afectada en diferentes aspectos y circunstancias, sobre todo según la edad con la que se inicia el consumo de estupefacientes.
«En mujeres que ya son dependientes de sustancias y quedan embarazadas, al momento que nace el bebé se desarrolla el síndrome de abstinencia neonatal [SAN], el cual es como si el bebé nace adicto o dependiente de sustancias. Es un riesgo alto desde el embarazo. Hay grandes tasas de aborto y riesgo de malformaciones debido al consumo de sustancias», dijo el psiquiatra.
De igual manera, el consumo de alcohol y tabaco aumenta el riesgo de aborto o de nacimientos prematuros, los cuales pueden desencadenar en la muerte neonatal.
Señaló que, la mayoría de los pacientes de los Centros de Prevención y Tratamiento de Adicciones (CPTA) manifiestan haber iniciado el consumo entre los 10 y los 11 años.
En el caso de un niño o adolescente, el cerebro sufre las primeras consecuencias del consumo.
«En etapas de niños y adolescentes, nosotros catalogamos el cerebro como inmaduro, que se está formando, y a este cerebro se le están administrando drogas. Las afectaciones funcionales y estructurales pueden darse», detalló.
Por otra parte, el doctor González explicó que algunos medicamentos pueden producir adicción, como los derivados del diazepam en el caso de personas con trastornos de ansiedad, por lo que una persona que padezca este trastorno debe consultar con un especialista para tratar su padecimiento y, sobre todo, evitar la automedicación.
«Las benzodiacepinas, los derivados del diazepam, pueden generar gravemente trastornos de dependencia que podrían darse por automedicación. En el caso de que fuese recetado, debe hacerse con mucho cuidado, en dosis adecuadas y en tiempos establecidos. Hay personas que por años tienen indicado estos medicamentos, y quizá ha sido necesario indicarlo así, tal vez ha sido la forma de alivio y medicamento idóneo para ayudar a las personas; por lo tanto, no pueden suspenderse de golpe, ya que pueden dar síndrome de abstinencia», detalló.
Ante esta situación, Fosalud mantiene activos sus seis CPTA, ubicados en el Hospital Rosales, en San Salvador; el Hospital Psiquiátrico, en Soyapango; el Hospital San Juan de Dios, en Santa Ana; el Hospital Santa Gertrudis, en San Vicente; en la colonia Ciudad Jardín, en San Miguel, y en La Esperanza, en Cuscatancingo, San Salvador.
«El manejo que nosotros damos es integral por medio de un equipo multidisciplinario compuesto por médico general, psiquiatra, psicología, trabajo social, educación para la salud y enfermería. Las personas pueden llamar al 2528-9727», manifestó el doctor González.