Aún aguarda la agenda del atletismo y la fiesta final, pero El Salvador ya es campeón en velocidad y salto de obstáculos. En tiempo récord y librando una maratónica faena, la administración del presidente Nayib Bukele cruzó la meta este viernes en una emotiva y cultural ceremonia que dio luz verde oficialmente a la XXIV edición de los Juegos Centroamericanos y del Caribe San Salvador 2023.
Con sus mejores galas, y un moderno y nuevo traje confeccionado a la medida, el estadio Jorge «Mágico» González abrió las puertas a miles de salvadoreños que movidos por el espíritu deportivo coparon las coloridas butacas para aplaudir y honrar a las delegaciones de las 37 naciones que han dicho presente a los primeros Juegos post pandemia, y que son la segunda escalinata a los Olímpicos de París 2024.
Los salvadoreños comenzaron a llegar al Mágico González desde muy temprano y después de hacer largas filas para su ingreso aguardaron hasta las 7:30 de la noche que fue cuando dieron inicio los actos protocolarios con el ingreso del presidente de la república y su esposa, la primera dama, Gabriela de Bukele.
En el sitial de honor ya les esperaban Yamil Bukele, presidente de Indes y del Comité Organizador de los Jugos (COSSAN), Luis Mejía, presidente de Centro Caribe Sports, y por su puesto Jorge «Mágico» González, leyenda del fútbol salvadoreño, y cuyo nombre lleva el estadio.
Luego, un espectáculo de luces, música y baile abrió el telón para que los abanderados (atleta masculino y femenino) desfilaran sobre la pista del coloso de La Flor Blanca. México campeón de la edición anterior en Barranquilla 2018 encabezó el ingreso, mientras que El Salvador con Eliodoro Portillo de la selección de fútbol playa e Ivonne Nóchez de patinaje clausuraron el ingreso de los abanderados.
La presentación oficial de parte de los 5,000 atletas que participarán de los Juegos llegó luego con un colorido desfile de las delegaciones que se presentaron al público entre sonrisas y baile.
Una hora más tarde, 8:30 de la noche, Nayib Bukele bajó a la tarima, se paró frente al micrófono y dio un breve, pero caluroso saludo e hizo un recuento de todo el esfuerzo realizado para «salvar» los Juegos.
«Bien venidos a El Salvador, el corazón de América. Bienvenidos a la cuna del Mágico González, el epicentro del surf, y al referente del fútbol playa», dijo Bukele ante la concurrencia deportiva internacional y público en general.
En su discurso de 12 minutos, el mandatario salvadoreño recordó que los Juegos Centroamericanos y del Caribe son el segundo evento más antiguo del mundo y que El Salvador los organizó en año y medio cuando generalmente se necesitan seis.
«Cuando la sede declinó (Panamá), nosotros vimos varias oportunidades. Vimos la oportunidad de salvar estos juegos y garantizar que miles de atletas pudieran brillar y cumplir su sueño de participar en un evento deportivo de este nivel»
«Fue un gran reto para todos, sobre todo para esos miles de trabajadores, pero podemos decir: ¡lo logramos!», añadió el jefe de estado, quien entre bromas trajo a cuenta que hasta el clima con su torrencial aguacero del jueves puso a prueba los escenarios deportivos.
Luis Mejía se rindió en agradecimientos a El Salvador por darle albergue a los Juegos y cumplir con el compromiso cuando tuvo menos de dos años para ejecutarlos.
«Ustedes salvaron nuestros juegos, esto es una proeza que deja una referencia histórica, porque es la primera y única que vez que otorgaremos una sede con tan poco tiempo», declaró.
«Donde algunos se rinden, nosotros seguiremos trabajando. Este era un sueño para todo el deporte salvadoreño, y hoy lo estamos haciendo realidad», dijo por su parte Yamil Bukele.
Transcurridos los discursos llegó el acto de juramento a cargo Yvonne Soler de voleibol de playa y Uriel Canjura de bádminton. También tuvieron palabras, entre otros Rudis Gallo técnico de fútbol playa, lo que dio paso luego a la llegada de la antorcha.
Entró al estadio en manos de Jorge Merino medallista de karate, y en su recorrido hacia el pebetero fue cargado, entre otros atletas por Frank Velásquez que se vio acompañado por Agustín Ruiz, Roberto Membreño y Tomás Hernández, hasta llegar a las manos del Mágico González, y de este a Herbert Aceituno de parapowerlifting quien finalmente prendió fuego al pebetero que arderá de acá al 8 de julio.