«Los Simpson», una de las series de televisión estadounidense más exitosas de todos los tiempos, tiene entre sus talentos creativos a una persona que «creció jugando chibola, trompo y capirucho». O Como él mismo se define con orgullo: «un salvadoreño 100%», que pone su toque personal a la producción de este famoso programa.
Se trata de Edwin Aguilar, asistente de director de animación de «Los Simpson», quien cuenta con más de 20 años como parte del equipo que hace posible que una de las familias más controversiales de la televisión mundial salga al aire y se mantenga, ahora ya con 31 años en emisión mundial, como una de las preferidas entre este tipo de contenidos para adultos.
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Nacido en Intipucá, La Unión, con 47 años de edad, Edwin ahora es un reconocido ilustrador y animador que puede presumir de ser parte de la producción de un show como «Los Simpson», el cual le ha permitido recibir muchos galardones y premios internacionales que reconocen lo impresionante de su trabajo.
Pero, aún con esa impresionante hoja de vida, Edwin se expresa con mucha emoción al hablar de su trabajo, siempre confiando en que algún día muchos más salvadoreños puedan triunfar en el campo de la animación y la producción e invitando también a que las nuevas generaciones se preparen de la mejor manera y se adaptan a los cambios que este campo exige a sus profesionales.
Diario El Salvador conversó de forma amena y extendida con Edwin Aguilar, quien nos habló de su trabajo, su experiencia en «Los Simpson», y los secretos para que, con tres décadas al aire, siga siendo una de las series animadas preferidas en todo el mundo.

¿En qué consiste tu trabajo como asistente de director de animación en «Los Simpson»?
Yo soy el asistente de un episodio y trabajó a un grupo de artistas y cuando ellos entregan su trabajo, mi trabajo es estar chequeando el trabajo de ellos, si necesita más actuación o algo técnico, yo le digo al artista: “¡Hey necesitamos que lo hagas así”.
El show tarda de diez a once meses de hacer un episodio y hacemos 22 episodios por temporada, así que estamos haciendo como diez u once episodios a la misma vez y el equipo consiste de un director, un asistente y un grupo de artistas.
¿Cómo es el desarrollo de un episodio de «Los Simpson»? ¿Cuánto tiempo les lleva todo el trabajo de producción?
Duramos un par de meses trabajando en el episodio y después se manda a Corea. En Corea se termina la animación. Acá en Estados Unidos hacemos los dibujos y en Corea le meten los entremedios, lo limpian y lo colorean.
Después regresa y, si hay algún error, nosotros lo corregimos. Eso es como ocho semanas antes de que se ponga al aire. Desde que nos dan el guion, eso ya lleva una fecha que se va a emitir al aire.
Son 22 minutos de cada episodio. Los otros ocho minutos son de puros comerciales. La industria de la animación es larga. Una película la puedes filmar en seis semanas o tres semanas. Pero una película de animación, por más de que sea lenta o rápida, son lo máximo de dos años casi. La película de «Los Simpson»se tardó más de dos años.
¿Cuántos años tienes de estar trabajando en «Los Simpson»?
Acabo de cumplir 22 años. Ya voy para 23. Empecé en el 98.

¿Cómo se te abrió la oportunidad para que entraras en la producción de ese programa?
En la animación empecé hace más de 25 años. Inicié trabajando para una compañía que hacía las caricaturas de G.I.JOE, Transformers y My Little Ponny. Cuando se terminó el proyecto, porque los dueños vendieron la compañía porque Dreamworks les ofreció dirigir esa empresa, me fui para Hanna-Barbera donde trabajé dibujando a Pebbles, Bam-Bam y Dino. Después de eso me fui a trabajar para Chuck Jones, el creador de Bugs Bunny, el Pato Lucas, en fin, el creador y quien empezó la Warner Bros.
Cuando se terminó ese proyecto, yo tenía amigos de la escuela trabajando en «Los Simpson» y fue que les llamé para saber si podía tomar el examen para trabajar ahí. Me dijeron que sí y con la ayuda de ellos, corrigiéndome, diciéndome cómo se hace en el dibujo, pude pasarlo. El examen era de tres escenas del show. Querían ver cómo dibujaba los caracteres y cómo pensaba yo la escena.
En «Los Simpson»uno está aprendiendo mucho, porque estás aprendiendo a hacer actuación, a realizar diseño, temporización, animación, o sea varias cosas. Cuando estás con ellos sos como una mina de oro para otras compañías porque puedes hacer varios trabajos.
«Nosotros tenemos una bola de cristal en el estudio y todos los fines de semana le preguntamos qué va a pasar y a veces nos dice cosas que van a pasar de allá al futuro».
Edwin Aguilar, asistente de producción de Los Simpson
Desde tu perspectiva, ¿cuál ha sido el éxito de este programa?
Una de las claves es que la mayoría de los escritores son chavos que han estudiado en Havard u otras universidades y son matemáticos, tienen un cerebro que todo el tiempo está creando. Además, «Los Simpson»entregan la vida real. No es como otros programas que solo se trata de un chiste y ya. Se trata de cosas que le pasan a uno en el trabajo, a los chamacos en la escuela, a mamás en las casas. Son problemas que vemos nosotros en nuestra vida.
Hay varias cosas que pasan en «Los Simpson» que son para adultos, pero los chamacos lo ven y se ríen, aunque quizás no las entiendan del todo. Los Simpson vienen siendo como el primer show de prime time, que era para adultos y era en la noche. Todas las otras caricaturas las veías en la mañana. Pero Los Simpson eran para adultos.
Hay muchos problemas que pasan en Los Simpson que son para adulto. ¿Cuánta gente no dejaba ver Los Simpson a los niños porque decían que eran cosas de adultos? Yo iba a El Salvador, a la casa de mis tíos, y no dejaban ver Los Simpson a mis primos porque eran muy malcriados y yo ya trabajaba en Los Simpson. Pero mis primos se levantaban a las 2 de la mañana para ver Los Simpson. Yo me levanté una noche a tomar agua y los vi y ellos de escondidas, viendo Los Simpson.
También hay algo que se habla mucho con respecto a «Los Simpson». Tienen el don de presagiarlo todo. Han atinado en muchas cosas, pero ¿qué nos puedes decir al respecto?
Es que nosotros tenemos una bola de cristal en el estudio y todos los fines de semana le preguntamos qué va a pasar y a veces nos dice cosas que van a pasar de allá al futuro (risas). No, es que mira, realmente, nosotros llevamos 31 años dibujando ya esto y los escritores, si hay alguna forma de que alguien saque una idea diciendo: “imagínate si pasara esto”, ellos dicen: “¿por qué no?, ¡escribamos un episodio de esto!”.
Por ejemplo, el episodio del COVID-19, ese de que mandan un virus de China en una caja y alguien lo abre, salió porque de donde pasó la pandemia (China) ya habían salido otros virus. Ellos ya se habían imaginado qué podía pasar si pedían una cosa de China y alguien tose en una caja y lo podían mandar y ahí podría venir el virus.

Imaginaron a Donald Trump como presidente también
Pues sí, es que Trump estaba haciendo el show en televisión (The Apprentice) y lo vieron y dijeron: “¿Te imaginas si este tipo fuera presidente? ¡Porque no hacemos un show de eso!”, y lo hicieron. De eso se trata. Son 25 escritores en el show. Así es que, si alguno está bañándose y le sale una idea, pues va y escribe un episodio de eso. Hemos hecho tantos episodios que el futuro nos está alcanzando a nosotros.
¿Tienes algún episodio preferido?
Tengo varios, pero me gusta uno que es cuando Homero ocupa una pistola y abre la cerveza con la pistola, apaga la televisión con la pistola, apaga la luz con la pistola y no entiende porque Marge está enojada con él y esconde la pistola en el lugar donde están los vegetales porque piensa que Bart nunca va a buscar algo ahí en los vegetales. Eso le hace chiste a la idea de que acá (en Estados Unidos) hay que solucionar todo con la pistola.
Homero es un hombre estúpido, pero ama a su familia. Nosotros somos los actores de ellos, de los caracteres. A nosotros nos dan las voces y nos dan el guion, pero nosotros somos los que vemos la televisión. Así que nosotros, la actuación de ellos, ya es muy profunda porque tú no decis “Ah, Homero es como mi tío”, sino que decis “Mi tío es como Homero”, “mi sobrino es como Bart”, “mi mamá es como Marge”. La actuación de ellos, nosotros la hemos diseñado así.
«Para mi es un orgullo decir que soy salvadoreño. Soy salvadoreño 100%. Me da un orgullo decir que soy salvadoreño y trabajando en una caricatura tan respetada».
Edwin Aguilar, ilustrador salvadoreño
Los «Los Simpson» son una de las series más premiadas que existen, pero ¿qué significa para vos representar a El Salvador en un campo, como la animación y producción televisiva, siendo uno de los campos que muy pocas oportunidades da para desarrollarse?
Para mi es un orgullo decir que soy salvadoreño. Soy salvadoreño 100%. Yo vengo de un cantón pequeño, de correr en calzoncillos, sin zapatos, jugando chibola, trompo, capirucho, comiendo mango que bajaba del palo. Yo vengo del campo, no vengo de la ciudad. Yo vengo hablando: “Púchica, vos, no jodás”. Me da un orgullo decir que soy salvadoreño y trabajando en una caricatura tan respetada.
Y a los que quieren dedicarse a la animación, ¿qué les dirías?
Algunos chavos ya solo porque aprenden 3D o After Effects ya sienten que son animadores. Pues, I’m sorry, pero no. Hay reglas en la animación. Yo llevo más de 25 años en la industria y, te digo, es necesario andar una libreta todo el tiempo. Yo todavía ando dibujando, haciendo ejercicios de perspectiva. Todo el tiempo tenés que estar dibujando si querés trabajar en animación. Esa es la clave de continuar y ser un buen animador. Yo me pongo a dibujar lápices, cualquier cosa.
Lo bonito, para mí, es que en El Salvador hay bastante gente joven, bastantes jóvenes que quieren hacer algo por el país, quieren mejorarlo, es lo bonito que hay ahorita.
Lo que pasa allá, en El Salvador, es que les quieren pagar (a los animadores) unos $500 para unos dos minutos de animación y eso es bastante trabajo. Aquí, un minuto de animación lo pagan entre 10 a 12 mil dólares. La animación es cara. Eso es lo que no entienden en El Salvador. Talento hay, pero El Salvador no quiere pagar en arte, no quiere invertir en eso. Tego la idea de ir a El Salvador y hacer un estudio para los artistas, para hacer animación. «Los Simpson» mandan el trabajo hasta Corea. Para viajar allá son doce horas. Tener un estudio en El Salvador son solo cinco horas de viajar. Pero se necesita bastante reformas para hacer algo así en El Salvador.

