Se han registrado 49 varamientos de cetáceos en la costa salvadoreña en el período de 1995 a 2019, según los estudios de los investigadores nacionales e internacionales, en conjunto con el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN).
Las investigaciones han sido publicadas en las revistas científicas «Latin American Journal of Aquatic Mammals» (Lajam) y «Realidad y Reflexión».
Según los resultados, el total de varamientos provienen de 16 especies de cinco familias, en donde la principal son los delfines. De acuerdo con el ministerio: «Un varamiento de cetáceos se refiere a cualquier criatura que haya quedado en posición indefensa, y que vara enferma, débil o simplemente perdida».
En ese sentido, la especie con mayor cantidad de varamientos fue el delfín listado con 11; luego el delfín manchado tropical, con siete; y el delfín nariz de botella, con seis.
LEA TAMBIÉN: La investigación de cetáceos toma fuerza en El Salvador
En relación con la cantidad de ballenas varadas, se conoció que hubo tres ballenas de Bryde, dos jorobadas y una ballena gris en Playas Negras, La Unión. Los varamientos ocurrieron en siete departamentos, y destaca Sonsonate, con 12; y La Libertad, con 11.
Las zonas específicas donde ocurrieron la mayor cantidad de sucesos fue en el área natural protegida Los Cóbanos y en la playa San Diego, con cinco y cuatro, respectivamente. Los años con mayor cantidad de varamientos registrados son 2012 con ocho; seguido de 2013 y 2014, con siete cada uno.
Los cetáceos encontrados presentaron laceraciones y golpes, así como enfermedades desconocidas. Es por esto que los especialistas advierten que al encontrar un animal vivo, lo mejor es avisar a las autoridades.
De igual forma, si está muerto, no se debe tocar ni manipular porque puede haber fallecido por enfermedades desconocidas.
«Si ve un animal varado, la indicación es llamar a las autoridades como los guardacostas, la Policía o la Fuerza Naval. No se le debe echar agua porque podría tapar su medio de respiración y ahogarlo. Tampoco se debe tocar, porque puede tener una enfermedad y contagiar a las personas», comentó Luis Pineda, técnico en gestión de cuencas y humedales del Marn.
LEA TAMBIÉN: Fotos: La impresionante presencia de las ballenas jorobadas en Los Cóbanos
La institución informó que, según un estudio de Lajam, la ballena picuda se encontró en siete varamientos en Ahuachapán, San Miguel, Sonsonate, La Libertad y La Unión, entre el período de 2012 a 2020, lo que constituye los primeros registros de la especie en El Salvador.
Los datos analizados establecen un indicio de amenazas como el tráfico marítimo, la contaminación, las artes de pesca inadecuadas y los desechos sólidos que podrían afectar el desplazamiento de los delfines y las ballenas. Las principales razones de los varamientos son factores naturales, como la edad del ejemplar o alguna enfermedad.
También suceden por factores antropogénicos, como colisiones con embarcaciones o la degradación del hábitat.