Miles de dosis de vacunas contra la COVID-19 se han desperdiciado en Estados Unidos desde el inicio de la campaña en diciembre de 2020. La indiferencia de los ciudadanos en aplicarse las dosis provocó que los abastecidos estados se despojaran de las vacunas porque estas llegaron a su fecha de vencimiento.
Las autoridades de Iowa, en Estados Unidos, notificaron el lunes que un total de 81,000 dosis quedaron inservibles luego de llegar a límite para ser suministradas y otras por haber sido abiertas en el paquete múltiple y solo utilizar una parte de ellas.
Esto ocurrió tras haber advertido en julio que más de 200,000 dosis se vencerían en agosto.
«Es muy triste que tiremos tantas vacunas sabiendo que funcionan», dijo Rachel Reimer, jefa del Departamento de Salud Pública de la Universidad de Des Moines, citada por el periódico «Des Moines Register».
De acuerdo con una publicación del periódico argentino «Infobae», Iowa no es el único estado que reporta el desperdicio de dosis, ya que en el viernes Alabama confirmó el vencimiento de 65,000 dosis debido a la poca demanda de la población, de ellas, 7,000 eran de Johnson & Johnson, 11,000 de Moderna y 47,000 de Pfizer.
«Es extremadamente desafortunado que tengamos una tasa de vacunación tan baja. Hay mucha gente en el mundo que no tiene acceso. Es una vergüenza», sostuvo el médico Scott Harris, funcionario del área de Salud estatal.
Los llamados a la inmunización del director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de EE. UU., Anthony Fauci, desde hace dos semanas no causan efecto en los habitantes, pese a la presencia de la variante delta y al aumento de fallecidos en Estados Unidos, en su mayoría no inmunizados.
En Arkansas, el desinterés por las jornadas de vacunación provocó que sus autoridades no aceptaran nuevos envíos de cargamentos del Gobierno federal desde abril. El estado, ubicado en el sur del país, recibió solo en ese mes 500,000 dosis. Hasta la fecha ha sido suministrado el 80 %, pero 90,000 dosis de la vacuna de Pfizer se iban a vencer el 31 de julio.
En Georgia se perdieron más de 100,000 dosis; en Nueva Jersey, más de 50,000; en Carolina del Norte, cerca de 250,000, y en Ohio, casi 400,000.