El ministro de Defensa, René Merino Monroy aseguró este viernes que la reelección del presidente Nayib Bukele permitirá seguir con las políticas públicas que se han ejecutado hasta hoy, entre ellas las estrategias de seguridad que han permitido disminuir la violencia en el país.
«Antes no teníamos la posibilidad de adquirir la tecnología y dignificar al talento humano. Se necesita la continuidad del mandatario para seguir con todos los proyectos, con las políticas de seguridad, en un periodo largo. Sería un grave error si no se continúa», dijo el funcionario.
Merino explicó que al continuar Nayib Bukele en el poder «la institución [Fuerza Armada] tendrá un rol como el que se tiene hasta este momento y que tiene el aval de la población salvadoreña». Significa un compromiso, lealtad con la población», aseguró.
«120,000 murieron en periodo de postguerra, esto nos dice que no hay que cometer el mismo error del pasado. Estamos satisfechos del trabajo realizado hasta ahora y sabemos que hay mucho más. La población reconoce el sacrificio que hacen nuestros soldados», añadió.
El presidente Nayib Bukele en su discurso de 201 años de independencia anunció que ha decidido participar como candidato a la reelección legítima a la presidencia en el 2024. Merino asegura que el presidente «en su condición de comandante de la Fuerza Armada dispone de lo que la Constitución establece».
Desde el primer mes de gestión de Bukele se puso en marcha el Plan Control Territorial, estrategia de seguridad insignia de este gobierno, que ha permitido la disminución de diversos delitos en El Salvador.
Esta estrategia que incluye diferentes fases tiene como propósito «garantizar la seguridad y la tranquilidad de la población» a través de diversas acciones como la presencia permanente de policías y soldados en zonas de peligrosidad, dignificar a las fuerzas de seguridad, abrir espacios de esparcimiento para jóvenes, entre otros.
De igual forma, el régimen de excepción, aprobado el 27 de marzo pasado, es una medida que ha permitido a las autoridades debilitar y desarticular a las pandillas en el país, y por ende, disminuir los niveles de criminalidad.
Hasta ahora, bajo este periodo, las fuerzas de seguridad han logrado arrestar a más de 52,500 pandilleros.