Imponiéndose en la final por 4 juegos contra 2 a los Phoenix Suns, Giannis Antetokounmpo y los Milwaukee Bucks se convirtieron en los campeones de la NBA en un año en que se sumaron a la tendencia de muchos deportes de ver nuevos campeones y nuevas figuras en sus órbitas.
Los Bucks fueron guiados por un inspirado Antetokounmpo y un equipo joven pero lleno de mucha dinámica y potencia ofensiva, conquistando así un nuevo titulo de la NBA en una temporada en que los hasta ese momento campeones, Los Ángeles Lakers, fueron despachados rápidamente, marcando la decepción del año en el baloncesto de primer nivel.
Los Bucks se impusieron a los New York Knicks, los Philadelphia 76ers y los Atlanta Hawks en la post temporada para llegar a una final contra la Suns en la que ambos equipos llegaron como invitados sorpresa, despachando a los grandes candidatos de inicio de temporada.
El premio MVP al Jugador Más Valioso de las NBA Finales fue ganado por Antetokounmpo, quien selló así su mejor temporada y se puso al nivel de la élite de la NBA junto a grandes figuras, pasando de un prometedor elemento a una auténtica estrella.