El gran escritor y maestro de vida Óscar Wilde solía decir: «Amarse uno mismo es el comienzo de un romance de por vida». La idea social de amor siempre es bajo el criterio de amar algo exterior a mí, pero no es lo que han enseñado los grandes maestros de vida a lo largo de la historia. Hay un amor que ante todo es fundamental en la vida de cualquiera que desee crecer interiormente, eso es amarse a sí mismo.
Ciertamente, hay un amor sobre todo y ante todo, el amor único y real a Dios, quien nos ha amado primero, pero luego de ese amor solo nos enseñan un tipo de romance entre dos seres distintos, obviando por completo el romance entre usted y usted. Podría, apreciado lector, creer que estoy aconsejando un tipo de patología psiquiátrica como el trastorno de identidad disociativo, conocido antes como personalidades múltiples, pero no es así, y pasaré a explicarlo.
El gran error de la identidad y la conciencia social es que ponen parámetros que indubitablemente pueden funcionar para la armonía general, pero no para el crecimiento individual; esto, claro, ya que se le quita la posibilidad a cada individuo de ser él mismo y, por tanto, de ser auténtico, cosa ya mencionada infinidad de veces en las columnas de su servidor. Sin embargo, no hay otro camino para la paz interior y la alta comprensión de sí mismos si no se pasa por el arte de amarse a sí mismo.
De tal suerte que comenzar un romance consigo mismo es una de las formas más nobles de enamorarse de su bello rostro y su perfecto cuerpo, haciéndose ese regalo de vivir en paz, privilegio de los valientes, y como diría Nietzsche, de una minoría. Recuerde: vivir y hacer lo que no le gusta es alimento descompuesto. Es hora de decirle basta a los que pretenden controlar su divina felicidad.
Por lo tanto, no está solo en este camino, y no lo digo por la vastedad de gente que lo rodea, sino porque se tiene a sí mismo, su gran amante. Pida la mano de su mano y empiece a bailar, tal vez así lo provoca y lo acepta para andar. Nunca es tarde para comenzar un romance con uno mismo, una bella relación de amor. Tan perfecto es su encanto imperfecto sin razón que, cada vez que daña su encanto, seguro se muere una estrella, o como mínimo una flor.
No comprendo cómo anhela la libertad sin descanso, pero en tantas personas y trabajos se convierte en su esclavo. No se olvide de que el ser humano acaricia todo lo que quiere poseer, entonces, con una caricia acepta perder su encanto y su valor, mediocridad con la que muchos pierden mucho de sí, con tan poco de otro. Es tiempo de que comience un noviazgo consigo mismo. Amarse a sí es amar al otro, pues solo se da de lo que se tiene y no se puede amar de verdad sin amor propio.
Por ende, aun amando a otro, aprenda a amarse a sí mismo en ese amor. No es individualismo o vanidad de lo que hablo, es la capacidad de enamorarse de sí, para ofrecer un enamoramiento real y maduro a otro. Aprenda a amar al mirar a su pareja, hijo, padre, madre, hermano, y amarse en la mirada que mira de su amado. Hoy es el día para bailar con la amapola, hoy es el día para comenzar un romance consigo mismo.