El Gobierno de Panamá informó que impondrá nuevas medidas para controlar la escalada de migrantes e intensificará la deportación de los que ingresan irregularmente por la inhóspita selva del Darién, en la frontera con Colombia.
Según datos oficiales, en lo que va del año más de 352,000 personas han cruzado la frontera natural del Darién, que se ha convertido en un corredor para los migrantes que, desde Sudamérica, tratan de llegar a Estados Unidos a través de Centroamérica y México.
De ese total, desde abril las autoridades panameñas han deportado a 452 personas, una cifra ínfima. «Dentro de nuestras capacidades y presupuesto incrementaremos las acciones para ir paulatina y progresivamente aumentando las deportaciones y expulsiones de migrantes que ingresen de forma irregular al país», señaló la directora del Sistema Nacional de Migración, Samira Gozaine, en rueda de prensa.
Esta frontera cuenta con una extensión de 266 kilómetros de largo y 575,000 hectáreas de superficie y es conocida porque está plagada de peligros, como animales salvajes, ríos caudalosos y bandas criminales. El total de extranjeros que este año han pasado por el Darién supera en más de 100,000 la cifra del año previo.
Según datos oficiales, casi la mitad de los migrantes que pasan por el Darién son venezolanos, aunque también destacan los ecuatorianos, haitianos y colombianos. Además, hay registro de asiáticos, con un número creciente de chinos y africanos, sobre todo de Camerún.
En la última semana, una media de más de 2,600 migrantes ha llegado al país centroamericano diariamente desde Colombia.