El Plan Cero Ocio es una forma en que el Gobierno del presidente Nayib Bukele, por medio de la Dirección General de Centros Penales (DGCP), busca recuperar y mantener el orden y control dentro de las cárceles, pues se parte del conocimiento de que los centros penitenciarios durante los gobiernos anteriores eran focos de operación pandilleril. Bajo esa idea, este plan permite que los privados de libertad realicen trabajos de utilidad para las comunidades y eviten el ocio carcelario. A la vez, con el liderazgo del presidente Bukele, la DGCP busca un verdadero proceso de resocialización por parte de los privados de libertad.
Se define la resocialización como un tratamiento que pretende cambiar la conducta de las personas, para lo cual es necesario pasar por tres momentos: reeducación, rehabilitación y reincorporación del privado de libertad, con el fin de que sea útil a la sociedad después de cumplir su tiempo en prisión. Bajo esta lógica, dentro del Plan Cero Ocio se vuelve obligatoria la resocialización, ya que la DGCP busca en este proceso que los privados de libertad creen una nueva conducta, que pase de una desadaptada a una conducta socialmente aceptada. Por tanto, se puede afirmar que los reos mantendrán una dirección positiva centrada en temas como la motivación, la esperanza y el trabajo.
Por lo que, verdaderamente, la DGCP trabaja en recuperar y mantener el orden y control dentro de las cárceles del país, que antes eran consideradas centros de operación pandilleril, y se está logrando dicho objetivo gracias al Plan Cero Ocio, creado para la población privada de libertad a escala nacional, que les permite desarrollar trabajos de utilidad para las comunidades y evitar el ocio carcelario.
Un ejemplo verdadero del buen trabajo de este plan es el Convenio de Cooperación Interinstitucional con el Instituto Nacional de los Deportes de El Salvador (Indes), en el que los reos del centro penal La Esperanza trabajan en la elaboración de los uniformes que utilizan los jóvenes que integran el programa La Liga, Valores y Oportunidad. Esto es así porque los reos son capacitados dentro del sistema penitenciario para brindar la mano de obra calificada al servicio de la comunidad.
Otro ejemplo es que los privados de libertad en fase de confianza también colaboran en la construcción de casas, como parte del proyecto habitacional en el municipio de Nuevo Cuscatlán, en el departamento de La Libertad, para familias de escasos recursos, de la mano del Ministerio de Vivienda. Además, apoyan con la remodelación de la infraestructura de sedes policiales, centros escolares, espacios culturales, hospitales y centros turísticos.
En conclusión, la visión de la nueva forma de gobierno es hacer historia al concretarse el proyecto a escala nacional, permitiendo trabajar en la seguridad pública. Por lo que se afirma que el Gobierno del presidente Bukele está creando las bases para consolidar un nuevo sistema penitenciario, en el que las instituciones del Estado tengan un verdadero control territorial.