La dirección de Reconstrucción del Tejido Social entregó ayer un mural elaborado en el anexo del Hospital Nacional de Niños Benjamín Bloom, donde se destaca el trabajo y la atención médica proporcionada a la niñez salvadoreña.
El objetivo, además de reconocer la noble labor que desarrolla el personal de salud, es transformar los espacios físicos y generar un impacto psicológico positivo entre los profesionales de la salud y los niños que llegan al hospital, que a diario suman entre 500 y 800, solo en la consulta externa.

A la actividad asistió el director de Tejido Social, Carlos Marroquín; el director del Hospital Bloom, Ángel Alvarado Rodríguez, además del personal médico que labora en el nosocomio.
«Los colores tienen la facultad de generar un impacto psicológico en las personas. Este es un espacio donde a diario pasan muchísimos niños. No queremos que se encuentren espacios grises, sino coloridos», dijo Marroquín.

Por otra parte, el director del Hospital, agradeció tanto a la dirección del Tejido Social como a los artistas que crearon el mural y que dedicaron mucho tiempo, esfuerzo y creatividad para brindarle un espacio diferente a los niños.

«Vimos cómo los artistas hacían murales en otros lugares, nosotros no queríamos quedarnos sin el nuestro para ir cambiando conceptos de un hospital. Quiero darle gracias al director [de Tejido Social] y a los artistas por su trabajo», recalcó Alvarado.
