El origen de la diplomacia puede ubicarse desde el inicio de las sociedades humanas, las cuales, a medida se estructuraban como unidades políticas autónomas, demandaban una necesidad de relacionarse con otras que las rodeaban. No hace mucho, de una forma muy genuina, mientras charlábamos sobre temas de país, un amigo me preguntó: «Además de hacer eventos refinados donde solo hablan de política, ¿qué más hacen las embajadas?». La pregunta al inicio me causó gracia, pero a medida que la risa se desvanecía comprendí que era muy válida y que, probablemente, muchas personas se la han hecho.
La realidad de las embajadas es diferente a lo que mi amigo percibe, pues, como Gobierno, tenemos claridad de la visión del presidente Nayib Bukele, lo cual nos ha permitido avanzar hacia la creación de oportunidades de desarrollo para nuestra gente.
Es remarcable la habilidad y el liderazgo de nuestro presidente para posicionar a El Salvador ante el mundo. En ese sentido, destaco que una de las principales funciones del Viceministerio de Relaciones Exteriores es promocionar al país ante el mundo. Esto se logrará a través de los tres ejes de trabajo de la diplomacia económica: la atracción de inversiones, el impulso del comercio y la promoción del turismo.
Con ello en mente, desde diciembre de 2021 hemos roto los esquemas del pasado a través de la creación de las oficinas de Promoción Económica en 15 de nuestras embajadas, las cuales se dedican exclusivamente a ejecutar acciones y generar impulsos de carácter económico.
Los países priorizados son Alemania, Bélgica, Canadá, China, Colombia, Corea del Sur, Estados Unidos, Francia, India, Japón, Marruecos, México, Catar, el Reino Unido y Turquía. Los resultados han sido enormes en poco tiempo, pues gracias a su compromiso logramos posicionar productos de gran interés como café de El Salvador, Surf City a escala mundial, asimismo, se organizaron foros económicos en los que presentamos las oportunidades de inversión extranjera directa.
El nuevo rostro de nuestro querido país ha pasado por publicaciones internacionales que nos han mostrado estratégicamente en el exterior.
Un claro ejemplo de la confianza generada es que cineastas y empresarios han elegido a El Salvador para impulsar un proyecto hotelero, con una proyección de inversión de $1.2 mil millones.
De igual manera, existen otras empresas que han previsto concretar importantes inversiones en el país, como una firma estadounidense que invertirá en una distribuidora de materiales de construcción, entre otros productos, por más de $8 millones.
Nuestro compromiso es seguir transformando El Salvador, también a través del crecimiento en las exportaciones, inversiones en bitcóin, tecnología «blockchain», entre otros. La estrategia está también relacionada con otra de las grandes líneas de trabajo de la cancillería: nuestra diáspora, población que atendemos desde el Viceministerio de Diáspora y Movilidad Humana.
El Gobierno del presidente Bukele sabe que la diáspora es un motor para la dinamización de la economía, pero nunca se había tomado con seriedad su vinculación con el país. Los consejeros económicos tienen la misión de acercar a los salvadoreños en el exterior a las oportunidades en El Salvador y motivarlos a invertir en su propia nación.
Hemos tenido una enorme respuesta de nuestra gente que ha esperado por décadas ser incluida en planes, programas y proyectos en su país, pero cuya voz no había sido escuchada, ya que en muchas ocasiones solo encontraba obstáculos para concretar sus negocios.
Vivimos una era de cambios positivos en nuestro país y nos complace ser parte de esta porque sabemos que El Salvador tiene mucho por ofrecer y tanto para crecer. No ha sido fácil, pero nos trazaremos objetivos aún más altos, casi inalcanzables. Casi porque la calidad de nuestros productos y la entrega de nuestra gente permiten que las metas que nos proponemos lleguen antes de lo esperado.