Rubia Guadalupe Palacios de Clímaco tiene 24 años de ser maestra y 28 de ser socorrista, dos faenas de gran compromiso social que la llenan de satisfacción, pues asegura que las lleva a cabo con entusiasmo y entrega tanto por sus alumnos como por quienes se encuentran en algún tipo de riesgo, dice la también presidenta de Comandos de Salvamento.
La ejemplar profesora del Ministerio de Educación reside en Zacatecoluca, La Paz, y actualmente labora en el Centro Escolar 15 de Septiembre, de esa ciudad. Ella comenta que hasta hace tres años se desempeñaba como directora de la Escuela de Educación Parvularia María Aracely Escamilla Viuda de Lara, de Cuyultitán, en La Paz, y al graduarse trabajó en interinatos y con ONG, siempre vinculada al tema de educación.
Estudió Profesorado con opción de Parvularia y cuenta con una especialización en Primera Infancia. Los niños siempre han sido su prioridad, lo que, asegura, le permitió buscar una estrategia de enseñanza.

«Construí la metodología “educándome en sociedad”, con la que se involucra a la comunidad educativa, padres de familia, iglesias, supermercados, para que nos abrieran las puertas para que los niños fueran parte de dos horas de convivencia u otros estímulos de la sociedad. Nosotros buscábamos los espacios para que los niños aprendieran. Estas estrategias llevan al desarrollo de la niñez, su personalidad y gestionar su propio desarrollo», agregó.
Su trabajo destacado la ha llevado a ganar la medalla al mérito magisterial a escala nacional, principalmente por los proyectos que favorecen a la niñez.
En su otra faceta, Rubia se incorporó a Comandos de Salvamento desde que comenzó el bachillerato. Desde niña vio que sus tíos ayudaban a personas que eran atropelladas en un tramo de la carretera de Zacatecoluca a San Vicente, pues residían casi a orillas de la vía, y los trasladaban a centros asistenciales.
«Desde muy jovencita pertenezco a la institución. Ya tengo 28 años de estar en Comandos de Salvamento, he trabajado y apoyado, hemos hecho rescates, evacuaciones, hemos estado en los momentos difíciles de las personas. Nosotros damos siempre la mejor atención prehospitalaria para salvaguardar la vida de la persona que está en riesgo», expresó, y añadió que desde hace tres años tiene solo un turno como maestra y que cuenta con más tiempo para ayudar.
Dice que tiene muchas historias que la han marcado en su trabajo como socorrista brindando primeros auxilios y atención en partos de emergencias, pero que en cada asistencia siempre la misión es salvar la vida de las personas.
«Mi mayor satisfacción es cuando atiendo a una persona; ahí es cuando digo que valió la pena estar en este mundo, porque duele el alma cuando personas en segundos pierden la vida […], porque hay diferentes necesidades. Los accidentes de tránsito están causando mucho daño, daños corporales y daños psicológicos», sostuvo la maestra y voluntaria.
Su esposo y sus tres hijos también son socorristas en Comandos, lo cual manifiesta que, cuando hay compromiso humanitario compartido, la familia está unida y sale adelante.
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